Del sueño a la realidad
| Autor | REFORMA / STAFF |
La historia va más o menos así: basándose en la cultura de la zona, con un diseño sustentable y abrazado por desiertos, olas y cadenas montañosas, Rancho Pescadero ha sido el hotel más buscado en Todos Santos desde que abrió sus puertas con sólo 12 habitaciones, en 2009.
Hoy, este sitio de hospedaje invita a sus huéspedes a gozar de actividades de bienestar, culinarias y culturales, diseñadas para fomentar la alegría y el bienestar. En este sitio, el barefoot luxury se encuentra con el alma mexicana.
El viaje inicia en una entrada de concreto sin marcar, donde la propietaria del resort, Lisa Harper, cree que los huéspedes "cruzan" a otro mundo.
El front desk ha sido reemplazado por altares imponentes, un techo lleno de enredaderas colgantes y una iluminación dramática que utiliza lámparas para replicar la luz de la luna durante las últimas horas.
Nueve jardines interconectados, plantados con flora y fauna nativa, complementan un santuario de aves, criadero de tortugas marinas y una huerta con cabras, pollos y abejas.
Escondido en medio de los jardines, un invernadero construido con Palo de Arco, que crece en la región, funciona como una escultura abstracta, mientras que una mesa comunal se convierte en el escenario para clases de cocina de la granja a la mesa, lecciones de mixología de Mezcalita y tutoriales de jardinería.
TU SANTUARIO POR UNOS DÍAS
Las 103 suites y villas del complejo cuentan con líneas limpias, tonos neutros y texturas que agregan vitalidad. La diseñadora local Alejandra Templeton lleva a los viajeros en un viaje por México: azulejos de baño hechos por artesanos en Tlaquepaque, cabeceras de acero con detalles de borlas de cuero elaboradas en Chihuahua, jarrones de cobre de Michoacán y telas provenientes de Tijuana son algunos de los artículos diseñados a medida para el resort, de la mano de artesanos seleccionados por Templeton, quien se asegura que todo lo comprado sea de comercio justo.
Estratégicamente distribuidas por la propiedad, las suites tienen cubiertas en el rooftop que ofrecen vistas panorámicas al mar y patios con lujosas camas.Escondidas entre las dunas están 12 villas frente al mar con albercas de inmersión, fogatas y acceso a la playa privada. Los baños decorados con azulejos de talavera verde pavorreal y bañeras de terrazo negro independientes conducen a patios al aire libre con duchas de lluvia, losas y pisos de arena y plantas autóctonas.
UN COMBO MAR Y TIERRA
Rancho Pescadero es un destino epicúreo con...
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