Sueña con Tulum

AutorYanireth Israde

El rocambolesco viaje del cineasta italiano Federico Fellini (1920-1993) por México, en 1984, para una película que jamás produjo, perdura como testimonio de su libérrimo ímpetu y su avidez por trascender los límites de la percepción.

El realizador, quien hoy cumpliría cien años de haber nacido en el vagón de un tren en marcha, de acuerdo con su propia leyenda, aunque el biógrafo Tullio Kezich documentó que el 20 de enero de 1920 los ferroviarios estaban en huelga, recorrió México, de Sonora a Tulum, como preparativo para una película que abrevaría de los relatos del antropólogo Carlos Castaneda, aprendiz del chamán yaqui Juan Matus, "Don Juan", cuyas enseñanzas compila el investigador y discípulo en una saga conformada por una decena de libros, traducidos a más de 17 idiomas.

"Hay un interés enorme de Fellini en estar buscando los registros que se escapan a los límites usuales de la percepción", destacó el novelista y ensayista José Gordon, a propósito de aquella travesía, que Castaneda abandonó entre misteriosos y amenazantes mensajes de brujos para desalentar a Fellini de hacer la película.

"Estos curanderos no querían que este conocimiento se diera a conocer tan públicamente", recordó Tiahoga Ruge, asistente del cineasta a finales de los 80.

Lector ferviente de Castaneda (1925-1998), Fellini pretendió durante 15 años hallarlo para filmar una película basada en sus libros.

Un día recibió la llamada telefónica de una "misteriosa dama": "Escuche", le dijo, "usted buscó a Castaneda durante mucho tiempo y en todas partes. Hoy esta aquí en Roma", relató Fellini al periódico L'Europeo.

Ruge, directora de "Soñando con Tulum", película de 2011 que recrea este viaje, afirmó que ella propició en Roma el acercamiento entre ambos, porque conocía al antropólogo.

"Cuando se encuentran, ambos reconocen que se han seguido mutuamente. Fellini le dice a Castaneda que ha leído todos sus libros; Castaneda le plantea que ha visto todas sus películas y que 'Don Juan', maestro de Castaneda, había visto en 1954 'La Strada' y le decía que tendría algún futuro encuentro con Fellini", relató Gordon.

"Es el encuentro de dos grandes imaginantes", apuntó Gordon. "Si el mundo de Castaneda es un invento, ¡qué gran novela!, como lo señaló alguna vez José Agustín".

Inicialmente, el autor de "La Dolce Vita", pretendía filmar en Cinecittà, los estudios de Cine en Roma. El antropólogo insistió en que debía filmar en el territorio donde Don Juan hunde sus raíces, refiere...

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