Subterraneo / Traición panista

Tengo por vecino a un hombre excepcional. Es trabajador, honrado, simpático y bueno. Bueno de corazón. Hasta no hace mucho piloteaba aviones comerciales y, por eso, todo mundo le dice "capitán". Se llama José Martínez Núñez.

Patriota, preocupado por el futuro del país, está siempre bien dispuesto a ayudar en todo lo que puede. Desde hace años es miembro del PAN y parte de su tiempo lo dedica a su partido: reparte volantes, promueve a sus candidatos, asiste a las asambleas o vigila casillas. El capitán, por supuesto, no busca nada para él. No quiere cargo ni puesto alguno: le basta con su actividad como miembro de base porque siente que así ayuda a México.

Cuento todo esto porque me preocupa qué va a hacer ahora. Digo: después de que, gracias a su partido, se aprobó el colosal fraude del Fobaproa ¿qué va a hacer? ¿seguirá siendo panista?

A lo largo de los nueve meses que duró la airada discusión sobre este asunto, el PAN dijo, declaró y juró que "ni un peso del Fobaproa sería convertido en deuda pública".

Aceptar que los ciudadanos pagaran con sus impuestos los 609 mil 928 millones de pesos que costó el rescate financiero, incluyendo 108 mil millones sólo de réditos vencidos, era premiar las equivocaciones y tonterías de un gobierno que actuó al margen de la ley. Era darle un premio a los propietarios de los bancos por su incapacidad para administrarlos adecuadamente. Era tapar las operaciones irregulares y a menudo fraudulentas con que se enriquecieron los especuladores. Era darles más dinero a quienes deberían pagar el que recibieron.

Todo esto y muchas cosas más gritaron los diputados del PAN. "Primero muertos", decían, "antes que dejar que un gobierno sordo y ciego ante las necesidades populares se salga con la suya".

Y no obstante, el sábado pasado, con apenas doce abstenciones de diputados disidentes, el PAN dio el voto que le permitió a los del PRI sacar adelante el paquete financiero que quería el Presidente.

¿Aceptará el capitán que su partido acabó por traicionarlo? ¿Admitirá que con su esfuerzo partidista -al repartir volantes, al vigilar casillas-, sólo estuvo colaborando, a fin de cuentas, a que se consumara el más colosal de los fraudes que ha padecido México? ¿Seguirá siendo panista?

Es muy posible, por...

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