Subterráneo / Problemas yucatecos

El asunto está claro: pase lo que pase y cueste lo que cueste, ahí se queda. Yucatán y su gente son suyos, de su propiedad, y sólo él y nadie más puede decidir su destino. Y los que menos pueden son los propios yucatecos.

Me refiero, por supuesto, al saurio de saurios, al todavía gobernador de la tierra del faisán y del venado, Víctor Cervera Pacheco, quien con jubilosa desverguenza se pitorrea hasta el cansancio de las resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal; mezcla un consejo ilegal con uno legal para obtener un tercero que no es nada y se desternilla de risa cuando alguien le dice que también él está obligado a cumplir la ley.

Lo malo es que cada nueva violación, cada nuevo desacato, cada nuevo desplante del caudillo yucateco, es recibido con vítores y aplausos por parte de los demás gobernadores priístas. "¡Así se hace!", dicen a coro, "de aquí nadie nos saca".

Aunque todo parezca inocente y se lo crea un conflicto meramente regional, el asunto es mucho más serio de lo que parece. Y lo es porque están en juego dos valores que van de la mano: nuestra recién nacida democracia y el respeto a la ley.

EL PROBLEMA

El problema de fondo no puede ser más simple: repitiendo lo que sucede en el resto del país, el PAN y el PRD han ido adquiriendo fuerza y ganando partidarios en la península. El hecho es también consecuencia de varios factores: el cansancio de la ciudadanía ante el PRI; el deseo de deshacerse de gobiernos corruptos; la necesidad de probar nuevas opciones; la convicción de que la alternancia es sana porque descubre fraudes y latrocinios de todo tipo y, sobre todo, el legítimo anhelo de ejercer la democracia, única manera de deshacerse de las mafias que han estado frenando el desarrollo yucateco.

Sólo que el mafioso de mafiosos -o el "capo di tutti capi"-, es el actual gobernador, y como sabe que si abriera a elecciones limpias inevitablemente las perdería, ha venido haciendo todo lo que puede para que sean sucias.

El enemigo fundamental de Cervera y sus huestes es, por supuesto, el Instituto Federal Electoral, responsable de que haya elecciones honestas y creíbles. Y el primer paso de la guerra fue dado por los diputados locales priístas, que como son mayoría en el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR