Subterráneo / Fox y sus errores

Nadie ignora a estas alturas que Vicente Fox es un hombre torpe y enormemente limitado. Una de sus limitaciones más graves es su falta de sensibilidad: es tanta y tan grave que en ocasiones llega al insulto, a la leperada, a la falta de respeto.

Las tragedias naturales son escenario propicio para que aflore lo peor de Fox. Hace un año -quizá usted lo recuerde-, visitó el estado de Yucatán días después de que había sido cruelmente golpeado por un huracán. La gente -sin casa, sin agua, sin alimentos-, pedía ayuda, pero el presidente, en lugar de procurarla, se puso a regañar a los damnificados, diciéndoles que dejaran de quejarse y se pusieran a trabajar, como si la situación en la que estaban se debiera a su pereza.

En la visita que recién hizo a Baja California Sur, Fox volvió a las andadas. Un hombre sin empleo, padre de tres niños, que había perdido su casa en el vendaval, solicitó su ayuda y en vez de oírlo, de confortarlo, Fox le contestó secamente que Abascal ya se estaba ocupando de eso. Cuando el gobernador del Estado le solicitó su apoyo, el presidente le salió con el retobo de que "el gobierno federal no es Don Rico" y, colmo de los colmos, a una mujer que se acercó a pedirle ayuda, le espetó, enojado, "no traigo efectivo", como si le estuviera pidiendo limosna y no que cumpliera con el deber de solidaridad que en tales ocasiones tiene el gobierno hacia sus gobernados.

Tales desplantes han cooperado a dañar de manera irreparable la imagen pública de Fox. La razón es obvia: ¿qué pueblo puede querer un presidente así? Con todo, no son los errores más graves del mandatario. Los tiene todavía más hondos y a más largo plazo. Uno de ellos es su equivocado manejo de las relaciones con la jerarquía católica.

EL PROBLEMA

Desde su campaña por la presidencia, Fox hizo gala de su catolicismo. Violentando la sana tradición de que los hombres públicos han de conservar en privado las manifestaciones de su religiosidad, el guanajuatense se ostentó como un católico practicante y fervoroso. El día de su toma de protesta fue a dar gracias a la Villa de Guadalupe y en la ceremonia de la noche aceptó un crucifijo de madera de su hija Paulina. La separación entre la iglesia y el Estado a que...

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