Subterráneo / Dilema resuelto

De pronto abrió el día, salió el sol, llegó la claridad. Se acabó la noche electoral, terminaron las dudas y sabemos qué pasó. El resultado es lamentable en muchos sentidos, pero es preferible a la incertidumbre del estira y afloja de los últimos veintitantos días. Hoy sabemos que ganó Felipe Calderón. Que legal y legítimamente ese pobre y mediocre personaje, ese burócrata de hueso colorado, ese mochito comprometido con todos y por todos, ese político inmaduro y sin visión, es el único mexicano que tiene derecho a recibir la banda presidencial el próximo primero de diciembre. Ni modo: merecíamos mucho más, pero tenemos que contentarnos con eso.

Sea porque sirvió su sucia propaganda -AMLO es un peligro para México-; sea porque los empresarios le metieron más lana a su campaña; porque la iglesia le guiñó el ojo a los feligreses para que votaran por él; porque fue a los dos debates; porque Fox, después de haberlo bloqueado, lo apoyó hasta donde pudo cuando quedó como candidato; porque los señores de los dineros lo vieron como uno de los suyos; sea por lo que fuere, el hecho es que Felipe Calderón ganó las elecciones por un margen de risa -pero margen al fin-, y las perdió Andrés Manuel López Obrador, el rayo de esperanza, el indestructible peje tabasqueño, la esperanza de los pobres, el descubridor de fraudes, complots y de todas las maquinaciones -reales o imaginarias-, que puedan perjudicarlo. Las ganó quien no sabe qué hacer al haberlas ganado y las perdió quien no sabe perder. Parecerá curioso, pero así están las cosas y saberlo es bueno y tranquilizante.

Digámoslo con claridad: no es bueno para el país que el próximo presidente vaya a ser Felipe Calderón. Pero sería muchísimo peor que lo fuera López Obrador. Decidir entre uno y otro no era fácil y al electorado le constó trabajo: por eso resultaron tan cercanos los votos recibidos por uno y por otro; por eso la diferencia es tan pequeña que un profesional en dar lata, como el Peje, tiene el descaro de ponerse a gritar que hubo fraude cuando el proceso electoral estuvo vigilado por todos los lados posibles. ¿Que hubo veces en las que al sumar dos a tres y obtuvieron seis? Sí, es posible, pero son errores mínimos y...

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