Zona submetropolitana / Voces del conocimiento

AutorHéctor Castillo Berthier

Frecuentemente escuchamos que el fin de siglo y la entrada del nuevo milenio están marcados por un profundo proceso de transformación social.

Se suele afirmar que no vivimos precisamente una de las periódicas crisis cíclicas del modelo capitalista de desarrollo, sino la aparición de nuevas formas de organización social, económica y política.

Desde esa perspectiva, la crisis actual es una crisis estructural caracterizada principalmente por la simultaneidad de las dificultades de funcionamiento en las instituciones responsables de la cohesión social (crisis del Estado-Benefactor), en las relaciones entre economía y sociedad (crisis del trabajo) y en los modos de constitución de las identidades individuales y colectivas (crisis del sujeto).

Esa nueva configuración de la sociedad ha sido generalmente descrita anteponiendo el prefijo "post": post-capitalista para Peter Drucker, post-industrial para Touraine, post-moderna para un amplio conjunto de intelectuales encabezados por Lyotard.

Sin embargo, recientemente ha comenzado a difundirse y aceptarse una visión de esta nueva configuración social basada en la idea de que el rasgo central de la nueva organización social consiste en que el conocimiento y la información estarían reemplazando a los recursos naturales, a la fuerza y/o al dinero, como variables clave de la generación y distribución del poder en la sociedad.

Los primeros análisis acerca del papel del conocimiento y de la información como variables centrales del poder fueron optimistas en cuanto a sus potencialidades democratizadoras.

ALVIN TOFFLER

Alvin Toffler fue, sin duda, el representante más importante de esta corriente.

Sus análisis se basaban en el carácter democrático que tienen tanto la producción como la distribución de los conocimientos y las informaciones. Según Toffler, el conocimiento es infinitamente ampliable.

Su uso no lo desgasta sino que, al contrario, puede producir aun más conocimiento.

La producción de conocimientos requiere, además, un ambiente de creatividad y de libertad opuesto a toda tentativa autoritaria o burocrática de control del poder.

Desde esta visión, el uso intensivo de conocimientos produce la disolución de las formas burocráticas de gestión, porque obliga a renovar permanentemente las líneas de decisión en función de la acumulación e intercambio de los mismos.

Por último, la distribución de conocimientos es mucho más democrática que la distribución de cualquier otro factor tradicional de poder, ya...

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