Zona Submetropolitana / Política vertical y horizontal

En términos generales, la sola mención de la palabra "política" produce, en muchos de nosotros, un rechazo casi inmediato al que le sigue la expresión de sentido común: "la política es una porquería".

Y efectivamente, tal parece que desde Aristóteles en adelante, los más diversos, variados, controvertidos y peculiares sujetos que han estado al frente de desarrollar eso que llamamos "política" se han dedicado a demostrar que sí es cierto nuestro sentido común.

Algún compañero de trabajo me explicaba: "la política consiste en aprender a comer mierda y mantener una sonrisa"... y sin embargo, cada vez más en nuestro país, en nuestra compleja ciudad y hasta en los rincones más apartados de las zonas rurales, los mexicanos tenemos que aprender a incorporarnos forzosa y necesariamente a "la política".

Ojalá y que su expresión sólo sea una metáfora verbal, ya que de otra forma implicaría que todos siguiéramos alimentándonos de las marranadas que nos han endilgado los más "preclaros líderes políticos" del PRI durante los últimos 70 años, manteniendo la sonrisa y diciendo hoy: "sí se puede seguir comiendo esto".

Actualmente existen muchos tipos de "política": la política nacional, la internacional, la política social, la política tributaria, la política local, la "narcopolítica", -la política del "me vale" y la política del "voy derecho, no me quito... ", me dice el de junto-.

Pese a todo, los cambios democráticos que vivimos y padecemos actualmente, me llevan a reflexionar en dos formas distintas de "hacer política" que conviven simultánea y cotidianamente en los distintos espacios del "quehacer político".

Con esto me refiero a eso que se ha llamado "la política vertical", o sea, la que surge de "arriba" y que exige el cumplimiento ciego de las "órdenes"; frente a la "política horizontal", que demanda acuerdos, consensos, evaluaciones y criterios plurales que democraticen las "decisiones".

LA POLITICA VERTICAL AUTORITARIA

Caracteriza a los regímenes dictatoriales, en donde "la voz" del dirigente marca la pauta, "la línea", la directriz, la orientación de cumplir "ad ovum" con "las instrucciones", las cuales se tornan en un destino tan irreductible como irremediable.

Ejemplos de este tipo de "hacer política" los hay muchos: en el PRI, en Gobernación, en Hacienda, en el Senado con mayoría priísta, en la UNAM, en Los Pinos y en general en todos los lugares en donde subsisten las viejas y anacrónicas formas de entender el sentido de "la autoridad".

Con...

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