Street art: Fresco, ácido... y polémico

AutorCristóbal Martínez

Un hombre encapuchado huye de la Policía parisina dejando atrás su firma y una serie de ratas de aerosol negro sobre la pared blanca de un edificio municipal. Su nombre, marcado en rojo, parece palpitar sobre el muro: Blek le Rat, un pilar del street art mundial.

Al igual que en Europa, el arte urbano ha causado controversia en Monterrey por la delgada barrera que existe entre arte urbano y vandalismo.

A nivel local, la polémica actual se centra en el proyecto "Seres Queridos", una serie de rostros en grafiti sobre sitios emblemáticos de la Ciudad, como el Puente Atirantado, Marco y el Túnel de la Loma Larga.

Para Mauricio Fernández Garza, Alcalde de San Pedro y uno de los patrocinadores del proyecto, el grafiti es la forma de expresión de los jóvenes, quienes muchas veces no pueden acceder a espacios institucionales para exponer su arte.

"Sin duda, estos programas te crean controversias, pero los apoyaré porque no te imaginas cuántos muchachos con talento te encuentras en las calles", considera.

El Edil señala que, si se incrementan las penas a quienes practican el arte urbano o se les niega el apoyo, se corre el riesgo de perder a futuros artistas plásticos.

"El arte no hay que verlo tan cuadrado, si no hubiésemos tenido a un grafitista como Jean-Michel Basquiat, yo creo que nos hubiéramos perdido de un gran genio mundial que, hoy por hoy, tiene un reconocimiento, pero en su momento, obviamente era criticado por andar pintando en el metro (de NY)".

Las técnicas más recurrentes de este movimiento son el tag, nombre o firma del artista; el esténcil, aplicación de pinturas por medio de una plantilla; y el sticker, que emplea calcomanías con motivos que los artistas adhieren sobre superficies en espacios públicos.

Moishan Gaspar, galerista español radicado en San Pedro, dice que apreciar esta corriente se vuelve complicado por su diversidad de manifestaciones, además de que puede pasar por vandalismo.

"La reacción de la gente es la misma en todos lados. Tienes la gente que piensa que es contaminación y la gente que lo apoya", dijo, "creo que es cuestión de sensibilidad artística.

"Es lo mismo que el que ve un Miró y dice que su hija de 4 años lo puede hacer, o el que ve un Damien Hirst y dice que es un tiburón metido en formol".

El movimiento de arte urbano lleva en las calles desde los 80 del siglo pasado, y tiene sus principales "salas de exposición" en ciudades como Londres, Berlín, Barcelona y, sobre todo, Nueva York, aunque, aún ahí...

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