Stephen Zamora / Elecciones y Estado de derecho

AutorStephen Zamora

Como catedrático de leyes especializado en las relaciones entre Estados Unidos y México, he seguido con más que interés académico la transición que se ha dado en México de un gobierno autoritario y presidencialista a la democracia sin comillas (para parafrasear a Enrique Krauze). Ahora, la nueva democracia mexicana enfrenta su desafío más importante con las protestas por la certificación del Presidente electo, a causa de alegatos de fraude electoral. No pretendo ser experto en el sistema electoral mexicano, pero como admirador de la sociedad mexicana, me siento impulsado a expresar mi opinión en cuanto a por qué el llamado a un recuento total, o a una nueva elección, podría ser contraproducente y dañoso del sistema democrático que México intenta asumir.

La nueva democracia de México se predica sobre el respeto al Estado de derecho: una frase sencilla, pero un concepto complicado de poner en práctica. Muchos gobiernos y muchas organizaciones internacionales (Banco Mundial, FMI, etcétera) coinciden en la conveniencia de lograr un gobierno basado en el Estado de derecho (contrario a los caprichos de partidos políticos o regímenes autoritarios). Pero el Estado de derecho compromete a infinidad de instituciones e individuos de todos los niveles de la sociedad. Crear una democracia que responda al Estado de derecho requiere paciencia y compromiso, que pueden perderse en el accidentado camino de reformas y construcción de instituciones. La transición aún fresca de México a un Estado de derecho (simultáneamente con una transición a una economía abierta) no se ha dado sin grandes esfuerzos; ha habido muchas perturbaciones, y no todos los miembros de la sociedad se han beneficiado de los cambios. No obstante, durante la década pasada, la sociedad mexicana ha sido más exitosa que cualquier otra del mundo al mejorar dramáticamente las instituciones democráticas que son esenciales para la generación de un verdadero Estado de derecho.

El "efecto presidencialismo" -71 años de gobierno autoritario- es un legado difícil de abandonar en una transición a un Estado de derecho. Resulta difícil borrar los vestigios de un gobierno de caciques políticos, y el extendido cinismo del gobierno y la desconfianza en éste. Así que cuando se realiza una elección a nivel nacional, con una votación tan cerrada que produce un resultado sin precedentes y cuestionable, hay una tendencia a volver a las protestas y concentrarse en las personalidades de los candidatos más que en...

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