Sosiego moreliano

AutorHaydé Murakami

Fotos: Haydé Murakami

Enviada

MORELLA, España.- Caminar por las serenas calles de Morella, mirar sus monumentos, sentarse a una mesa y platicar con su gente provoca inevitablemente que uno se pregunte por qué no hemos escuchado casi nada de esta villa medieval del otro lado del Océano Atlántico.

Frente a la fachada de la Iglesia Arciprestal Santa María la Mayor, ubicada en la plaza Benedicto XV, se puede uno quedar largo rato, mirando tranquilamente el detalle de las dos puertas, llamadas de los Apóstoles y de las Vírgenes. Es curioso que ambas, una más grande que otra, ocupen la misma cara de la fachada, lo que se justifica porque sólo así pudo adaptarse a las características del terreno montañoso.

Esta basílica de estilo gótico renacentista, que ostenta el título de Bien de Interés Cultural otorgado por el gobierno Español, guarda uno de los mejores ejemplos de arte sacro de la región, e incluso la han calificado como una de las más hermosas del Mediterráneo.

Los rosetones de las vidrieras originales permiten la entrada de luz natural, aunque aún queda cierta penumbra que impide admirar los detalles esculpidos en la escalera de caracol que conduce al coro y sus pasillos de techo.

Las luces se encienden por unos minutos para poder descubrir con claridad a los personajes que habitan ahí, entre apóstoles, ángeles, demonios atados y otras criaturas. Además, se puede ver la famosa bóveda estrellada de ocho puntas casi plana y sin apoyo central, que es, hasta donde se sabe, el único ejemplo de su tipo.

Luego viene el dorado retablo del altar mayor, que con su estilo barroco churrigueresco también rebosa de miles de detalles y coloridos retablos encabezados por el de la Virgen María, por supuesto, y que contrastan con el enmarcado gótico.

La vista se gana

Pero es hora de emprender la tan pospuesta subida hacia el Castillo de Morella, que data del siglo 11. En el área de acceso a la ladera que conduce hasta él, se puede recorrer el convento de San Francisco, que bien vale la pena para acabar de poner a tono la visita, gracias a que es también un extraordinario ejemplo del gótico.

En la iglesia y los restos del claustro se puede admirar igual la arquitectura que sus bien conservados frescos, que despliegan inquietantes imágenes del arte macabro español, alrededor del tema de la muerte.

Toda esta área del convento está en remodelación con vistas a convertirlo en un parador turístico que promete ser original e irresistible.

El ascenso resulta todo...

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