Sorpresas Tricolores

PESE A que en cada lista para el Mundial, los seleccionadores de México procuran escoger a sus hombres de confianza o los que pasan por mejor momento, siempre hay un "as bajo la manga", que a veces funciona y muchas veces, la mayoría, no.

En 1994, Miguel Mejía Barón llamó una y otra vez al atlantista Luis Miguel Salvador, considerado un delantero de mediana calidad que no daba el ancho, y su capricho se impuso hasta el final... acompañado de otro, Luis Antonio Valdez, quien ni siquiera había sido considerado en el proceso.

Para Francia 98, el llamado de Isaac Terrazas fue totalmente inesperado y, por supuesto, no jugó un solo minuto. En cambio, Jesús Arellano, quien había llegado sin muchas expectativas, se convirtió en relevo de lujo, y otra sorpresa, Ricardo Peláez, fue el talismán de la Selección.

Para Corea/Japón 2002, Javier Aguirre incluyó al naturalizado Gabriel Caballero, su amigo personal, quien aportó muy poco en la cancha. En su convocatoria sorprendió Luis...

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