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Sorpresa de tamal y atolito

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Vincent

¿Atole de tuna o de mezcal?, nos fuimos al pueblo de La Candelaria, en Coyoacán, un poquito escondido entre las avenidas División del Norte y Aztecas, para encontrar en la Calle Huayamilpas, Tamalandia.

Es un lugar en donde, como su nombre lo dice, los tamales han salido de lo convencional.

Isaac y su entusiasta equipo de trabajo, todos los día preparan los tradicionales de verde, mole, rajas y oaxaqueños, pero los viernes en la tarde y los sábados en la mañana, la magia surge para crear los poco convencionales, como los de suadero, de pastor, fresas con crema, pistache o chistorra.

Ese viernes que los visitamos nos tocó de camarón enchipotlado.

"Reinventamos el negocio, siempre probando cosas diferentes, abriéndonos a la posibilidad de que puede haber más de un tamal de verde, hacemos tamales de camarón enchipotlado, de cochinita pibil, de pastor, de verdolagas con carne de cerdo; estos salados y muchos más. Los de dulce pueden ser los de fresas con crema, nuez con higo, almendras, ron con pasas, ate con queso y más", comenta Isaac, el master tamalero.

Pero cuando se trata de hablar de atoles, aquí en Tamalandia sí se 'volaron la barda', ya que salieron de la zona de confort de la mayoría de los tamaleros para servir atoles fuera de serie. Hay sabor coco, piña, mamey...

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