Sordera

AutorEnrique Goldbard

La sordera, hipoacusia o pérdida de la audición son sinónimos que sirven para nombrar uno de los trastornos más comunes de la modernidad.

Y es precisamente en estos tiempos que el mal ha afirmado su presencia por dos simples hechos: el ruido y el aumento de la esperanza de vida. Es así que, a pesar de las diversas clasificaciones que existen de sordera, son las causas mencionadas las que determinan las formas más comunes del padecimiento.

Tipos. Se habla, en términos generales, de dos formas de pérdida de la audición. La llamada neurosensorial y la conductiva, sin embargo, existe una multiplicidad de categorizaciones que dependen de factores como el origen, la región de oído afectada, la duración del padecimiento, etc.

En la sordera neurosensorial el daño ocurre en el oído interno, en el centro de procesamiento en el cerebro o en el nervio vestíbulo-coclear que conecta estas dos estructuras.

La forma conductiva sucede cuando los sonidos no pueden pasar del oído externo al interno, habitualmente por un bloqueo ocasionado por cerumen.

Origen. La senectud es la causa más común de todas de pérdida de la audición, misma que se comienza a notar a partir de los 40 años de edad para incrementarse con el pasar del tiempo. A los 80 años prácticamente todo mundo sufre algún grado de hipoacusia.

Una vez que se inicia el deterioro, son los sonidos agudos-como las voces de niños o mujeres-, los que se vuelven más difíciles de percibir, así como ciertas consonantes como la "s" y la "f", lo que dificulta la comprensión del habla.

Por otro lado, la exposición constante o repetida al ruido intenso es capaz de dañar permanentemente la capacidad auditiva, el riesgo es mayor cuando se trabaja con equipo ruidoso como los martillos neumáticos o en ambientes con música a volumen alto o por medio de audífonos.

El rango de volumen y exposición al ruido que es capaz de causar sordera ha sido estudiado por diversas organizaciones como el Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de los EUA. A continuación, algunos datos (2003):

El tiempo máximo de exposición a ruido de 110 dB no debe pasar de 30 minutos.

Otras causas de pérdida de la audición son: anormalidades genéticas, infecciones virales como el sarampión y las paperas, neuroma acústico (tumor benigno), enfermedad de Ménière (vértigo), esclerosis múltiple, diabetes, y tratamientos como la radioterapia, quimioterapia, antibióticos y otros medicamentos.

En caso de sordera conductiva: las infecciones del...

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