Sopa de Pasta / El México bravo

Pavor ocasiona entre los mexicanos el escuchar los crímenes atroces que se están dando en las últimas semanas. Hace poco nos horrorizamos ante el asesinato del conocido conductor de televisión Paco Stanley. Averiguaciones posteriores nos demostraron que el hoy occiso era adicto a la droga ya que en su saco portaba cocaína y la prueba del doping le salió positiva. Esto políticamente resultó terrible para la televisora que lo impulsa ya que era uno de los máximos exponentes del programa "Di no a las drogas". Adicionalmente se dedicaron a crear un ídolo del señor Stanley ocasionando una verdadera psicosis entre la ciudadanía. Fue patético el observar tomas del sepelio del conductor, en donde miles de mexicanos verdaderamente histéricos lloraban por la muerte de su Paquito. Diversas colonias populares hablaban a la televisión y entre llantos y gemidos explicaban su indignación por este asesinato. Lo más grotesco fue la presencia en pantalla del dueño de la televisora exigiendo el esclarecimiento del asesinato "que nos podía pasar a cualquiera de nosotros". Arengaba a la gente casi a no pagar impuestos y a no votar. Cuando en pocas horas la PGDF descubrió que no se trataba del angelito que la tele pintaba sino un coco que cínicamente anunciaba el mal que hacía la droga a la juventud, los canales empezaron a tener que cambiar de actitud. La quemadota nadie se las quitó. Sin embargo, pasaron los días después de este jitazo del procurador y su glamour empezó a desvanecerse ya que como cabeceó METRO "Poco coco Paco". Es decir que se trataba de un consumidor habitual, pero no...

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