'Sólo quieres salir corriendo de la miseria'

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 10 (EL UNIVERSAL).- Beatriz "La Pelirroja", como se anuncia en sus redes sociales y donde ofrece servicios sexuales, soportó dos años de explotación hasta convertirse en independiente. La escort dice que ya no le rinde cuentas a nadie y el dinero que puede ganar en sus giras lo invierte en ella. El resto lo envía a su familia en Venezuela.

Llegó al país en 2014. A ella la reclutaron en su pueblo natal, una provincia que hace frontera con Colombia. Asegura que la estuvieron "cazando", pues apenas cumplió 18 años, la empezaron a rondar mujeres adultas ?que ahora sabe son madrotas? y empezaron a hacer amistad con ella: le mostraban celulares que sabían que ella no podía comprar, perfumes, vestidos de marca, tenis y otros artículos, "espejitos", como dice ella.

No tardaron mucho en hacerle la propuesta, Beatriz sabía que su cuerpo la ayudaría a salir adelante. En ese momento, dice, "era la única manera que encontré para resolver el problema económico que atravesaba".

El primer paso, le dijeron, era irse a Colombia a prepararse. Le aclararon que ahí no iba a trabajar, se la traerían a "ganar plata" a México.

Aunque entendía que la traían a prostituirse, lo que nunca le dijeron fue que sería explotada, que trabajaría para La Red un tiempo indeterminado, hasta que ellos quisieran.

Le ofrecieron boleto de avión, hospedaje, comidas y una vida de lujos, "en ese momento te deslumbran, te dan donde más te duele. Te preguntan ¿para qué te quedas aquí?, te vas a casar con cualquiera, vas a desperdiciar tu cuerpo.

"A ti te va ir de maravilla en México, aquí no hay nada, nunca vas a salir de pobre. Para cuando te contactan ya saben todo de ti; si tus papás no trabajan, cuántos hermanos tienes, que estamos todos jodidos. Pero nunca te das cuenta, es parte de la trampa, en ese momento lo único que quieres es salir corriendo del pueblo, de la miseria y aceptas", dice la entrevistada.

Esta red, con sede en Colombia, recluta de manera similar a jovencitas que después son explotadas sexualmente en Venezuela, Colombia, Argentina e incluso Brasil.

Usan el mismo modus operandi e incluso las buscan con un mismo perfil: de buen cuerpo, en condiciones precarias y en poblados o provincias donde saben que no habrá mucho futuro para ellas.

"De lo que me dí cuenta también es que todas teníamos como el mismo perfil. De camino todo es maravilloso, nos dan cosas que en la vida habíamos comido, jamón serrano, cortes de carne, comes en el aeropuerto...

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