Con sólo una llamada

AutorREFORMA / Staff

PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo.- Sí, es un "todo incluido", pero no uno cualquiera. Paradisus Playa del Carmen impone un nuevo estilo con su excepcional oferta gastronómica, interiorism y servicio personalizado.

Este resort está dividido en cuatro hoteles, dos de cinco estrellas: La Perla y La Esmeralda, y dos categoría boutique: Royal Service y Family Concierge.

A las puertas de Royal Service, una opción de 122 habitaciones, nos recibe un sonriente contingente de empleados con bebidas refrescantes y toallas húmedas para limpiar el sudor, mientras las maletas son conducidas a las habitaciones. Enseguida, la gerente nos invita a pasar a un lounge privado para que nos registren rápidamente.

Durante el registro, lo insólito: se nos ofrece un teléfono móvil. No es particularmente bonito ni moderno, por lo que muchos agradecemos el gesto y, con toda naturalidad, aclaramos que ya tenemos celular. La mujer, movida a risa, explica que este es el medio para comunicarse con los mayordomos.

Fernando, nuestro mayordomo, como descubriremos más tarde, consigue taxis, recomienda restaurantes, rellena el minibar, prepara el jacuzzi y atiende hasta la menor de las necesidades en Royal Service.

Quienes deciden hospedarse aquí cuentan con áreas exclusivas: alberca, restaurante, cabinas de spa, gimnasio, camastros en la playa y sala de juntas. Todas las habitaciones tienen, además, jacuzzi en la terraza.

Terminado el registro, Fernando nos acompaña a la habitación -de piso de mármol, bañera al centro y terraza que, con un par de escalones, funciona como acceso a la alberca- y explica todas sus amenidades.

El interiorismo del resort, realizado hace menos de un año por Gabriel y Mario Téllez, maravilla. Con una mezcla de elementos vanguardistas y asomos de arquitectura precolombina, resulta imposible encajonarlo bajo un solo estilo: excéntricas tonalidades y esculturas suavizadas con un clásico arreglo floral o despliegue de bambúes. Las piezas de arte que se exhiben en el hotel, nos explica Fernando, son de artistas mexicanos, como la escultura de Javier Marín en Vento, el restaurante de comida mediterránea.

La arquitectura consiguió integrar el manglar que lo rodea y respetar su entorno. Así, Fernando nos guía en un recorrido por patios, caminos de madera y barandales que atraviesan o bordean la densa vegetación. El hotel, separado de la costa por esta amalgama de flora tropical, no se alcanza a ver desde la playa, dándonos la impresión de estar en un lugar...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR