Sólo tienes hoy para ayudarlos

AutorDaniel Santiago

José Manuel, Ana Karen y Elías; Jessica, Juan Carlos y Víctor; Karla Fernanda y Danna Paola. ¿Qué hay de común entre estos chicos que viven en diferentes puntos del área metropolitana?

Ellos son parte de una niñez de origen indígena que a diario puedes observar en las calles y enfrentan las dificultades de sectores marginados de una Ciudad que muchas veces los ve como ajenos.

Son niños con raíces otomíes, mixtecas o nahuas, que tienen excelentes calificaciones y muchos sueños para el futuro.

La campaña navideña "Ayuda a Santa a Premiarlos", que EL NORTE organiza con Cáritas de Monterrey y con apoyo de organizaciones de la sociedad civil, ha mostrado la realidad de estos pequeños.

Leo, por ejemplo, es un niño de 4 años que desde su nacimiento vive con sordera y que en una vivienda del sector Ampliación Lomas Modelo, en donde cientos de otomíes construyen sus vidas, sueña con tener una bici.

También está Víctor, de 6 años y vecino de Leo. Él asegura trepar por las paredes y ser el verdadero Spiderman, pero le falta su traje.

Un poco mayor, Braulio, de 12 años, dice que de grande quiere ser abogado, actor y músico, de ahí que el mejor regalo que puede recibir en esta Navidad es una guitarra eléctrica.

"Me dicen mis amigos que estoy loco, pero no les hago caso", dice este niño que nació en San Luis Potosí, de donde sus padres emigraron hace ya varios años para empujar la superación de él y de sus dos hermanos.

"Ahorita estamos rentando una casa donde vivir y se nos hace difícil, pues a veces no nos alcanza", dice este chico.

Proveniente de diferentes entidades, la población indígena ha crecido en Nuevo León en los últimos 20 años. Oficialmente pasó de 5 mil hablantes en 1990 a 40 mil hablantes en el 2010.

Aunque sus condiciones de vida son complicadas, los indígenas que habitan en la zona son herederos de una vasta riqueza cultural que diariamente comparten en la entidad con su idioma de origen, tradiciones, bailes y fiestas.

Muchas familias han encontrado aquí una forma de subsistir. Otras apenas sobreviven con lo necesario, y hay las que han encontrado aquí la tragedia.

Como es el caso de David, de apenas 2 años. Tenía nueve meses de nacido cuando, por una confusión, un comando armado le arrancó la vida a su papá al confundirlo con un sicario cuando regresaba de trabajar como albañil.

También está el caso de Juanito, de 4 años, quien duerme sobre un pedazo de cartón. Su hermano de 16 años, quien proporcionaba el sustento, murió en el mismo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR