Empresa/ Sólo para coreanos

AutorAlberto Barranco Chavarría

Del tamaño de la ira habla la certeza de que la fórmula para dotar por la vía privada de infraestructura a la empresa petrolera, precipitó la ruina de Bufete Industrial, y tiene literalmente en la cuerda floja al grupo ICA... para no hablar de las empresas medianas que compartían los beneficios de los contratos.

Como le hemos planteado en este espacio a lo largo de los últimos 3 años, los proyectos más jugosos de Pemex se adjudicaron a consorcios encabezados por empresas extranjeras, especialmente de bandera coreana.

Estamos hablando, por ejemplo, de las obras para la modernización y reconfiguración de las refinerías de Cadereyta y Ciudad Madero, cuyo monto global rebasó los 5 mil millones de dólares...

Tan evidente resultó la inclinación de la fórmula hacia el escenario de ventajas con que llegan al país las empresas de la nación oriental, que la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo a cargo de Arsenio Farell, debió detener la adjudicación de un tercer contrato para el mismo consorcio, ahora a favor de obras similares en la refinería de Salamanca...

...con la novedad de que éste se le otorgaría finalmente a un grupo distinto... liderado por otra compañía coreana.

El problema es que de mantenerse invicto el esquema que exige levantarle la mano sin condicionante de por medio a quien ofrezca el precio más bajo, nada impediría que los coreanos asuman en las próximas semanas contratos idénticos para las refinerías de Minatitlán y Salina Cruz, es decir Veracruz y Oaxaca.

Estamos hablando de un monto mínimo de 3 mil 500 millones de dólares.

El caso es que aunque en el papel parece impecable el esquema de "precio solvente más bajo" aplicado para el otorgamiento de los contratos para Cadereyta y Ciudad Madero, adjudicados ambos en 1997, en la práctica el país resiente un daño mayor al supuesto beneficio del ahorro obtenido.

Hete aquí, como le comentábamos ayer, que el consorcio Comproca -integrado por las firmas Sunkyong Engineering & Construction, Siemens y el grupo Tribasa-, a quien se le adjudicaron ambos contratos, no sólo importó un abrumador porcentaje de los insumos requeridos, sino desdeñó la mano de obra y la supervisión nacional, constriñendo al mínimo la posibilidad de derrama en la zona.

Y conste que no estamos hablando de los subsidios encubiertos que le otorga el Gobierno del país oriental a sus empresas.

Y conste, en abundancia, que tampoco estamos hablando de la calidad de los materiales empleados; los graves...

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