Socializa O'Higgins al maguey
| Autor | Dora Luz Haw |
"El maguey es para Pablo O'Higgins (1904-1983) lo que los alcatraces para Diego Rivera", explicó María de Jesús de la Fuente de O'Higgins, viuda del pintor y muralista.
El creador, originario de Salt Lake City, Utah, Estados Unidos, quien radicó en México la mayor parte de su vida, hizo del maguey uno de los objetos representativos de su plástica.
De ahí que De la Fuente pensara que era importante hacer una publicación que echara luces sobre este aspecto.
"Siempre que se habla de la obra de Pablo, se piensa en el maguey porque es muy representativo en su trabajo pero, ¿porqué lo pintó tanto? ¿Cómo lo conoció? Así que decidí poner en orden sus apuntes, dibujos, cuadros y su obra mural", dijo.
A pesar de su condición de extranjero, ya que la nacionalidad mexicana la obtuvo hasta 1961, el pintor se sumó al movimiento nacionalista y perteneció a una generación de intelectuales convencidos de que el arte debía tener una función social.
"Es por eso que a Pablo no sólo le impresionó mucho en México la belleza plástica del maguey, sino principalmente le interesó porque tenía que ver con los campesinos y el medio rural del País", destacó su viuda.
El sábado al medio día se presentó en el Antiguo Colegio de San Ildefonso Los magueyes de Pablo O'Higgins, una edición que enriquece la historiografía de la plástica del siglo 20 en México, en palabras de la investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM Leticia López Orozco.
En el acto, que se convirtió en un tributo a la obra del muralista, participaron el escritor Carlos Montemayor, el biólogo Jorge Larson Guerra y la viuda de O'Higgins.
El libro, publicado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campus Estado de México, contiene un texto de Montemayor, en el que detalla la presencia constante de esta planta en los apuntes, dibujos, acuarelas, óleos y murales del creador.
La edición, que estará a la venta por 500 pesos, incluye una cronología de la vida y obra de O'Higgins, así como cerca de 140 reproducciones de su obra.
Montemayor comentó que en 1939, en una entrevista aparecida en el semanario Progressive Weekley People's Daly World, O'Higgins explicó que vino a México porque había escuchado que éste era un país lleno de salvaje belleza y color.
A diferencia de contemporáneos suyos como los escritores Ernest Hemingway, William Faulkner y Ezra Pound, no huyó a París, sino que quería visitar a sus "vecinos".
Cuando llegó a México descubrió que el arte no...
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