La sobrina sin remedio / Vaginismo

Para mantenerlos al tanto, mi Bozhecito sigue con vida, fue muy difícil vivir esa batalla, pero al final logró ganarla, horita anda caminando nuevamente, reponiéndose poco a poco, y yo estoy súper contenta de que el universo me lo preste un poquito más para que viva conmigo. Por otro lado mi historia de amor con el Solecito aún está vigente, he pasado cosas muy lindas y especiales con él que jamás imaginé, ando toda tonta y feliz al mismo tiempo, sin embargo no quiero aburrirlos con tanta cursilería, por eso hoy cambiaré el tema. En una columna pasada cuando les contaba que el enorme miembro de mi Solecito no podía entrar en mi pequeña y apretadita vaginita, recordé de una disfunción sexual femenina llamada vaginismo (así es, leyeron bien, las mujeres también sufrimos problemas sexuales). El vaginismo es una contracción involuntaria del pubocoxígeo, los músculos del suelo pélvico que rodean la vagina, provocando el cierre parcial o total de la misma, lo que hace que la mujer tenga dolor e imposibilidad al intentar una penetración.

Expertos explican que esta disfunción sexual puede tener dos motivos:

  1. - Causas físicas. Es decir, malformaciones en las paredes vaginales como rigidez, tabiques o estrechez que impiden la penetración, alteraciones por tratamientos y/o atrofia severa de la mucosa durante la menopausia. Aquí hay algunos ejemplos:

    -Himen rígido.

    -Endometriosis

    -Tumores pélvicos.

    -Estenosis de la vagina.

    -Hemorroides

    -Inflamación de la pelvis.

    -Carúnculas uretrales.

  2. - Causas psicológicas:

    -La ansiedad anticipatoria ante la penetración.

    -El miedo a la relación sexual y/o el embarazo.

    -Haber tenido experiencias sexuales y/o ginecológicas previas negativas.

    -Haber sufrido violación, abusos o agresiones.

    -Una educación sexual escasa o errónea, donde crees en mitos, estereotipos, etc.

    -Los estados depresivos y/o ansiosos.

    -Una autoimagen corporal negativa.

    -La hostilidad hacia la pareja.

    Los expertos calculan que 2 de cada mil mujeres son afectadas por esta disfunción, sin embargo no son certeras estas cifras, ya que no todas las mujeres que la padecen tienen la confianza de hablar sobre su problema.

    En cuanto a la edad en la que suele ser recurrente este problema es la adolescencia, ya que por primera vez una mujer acude a una revisión ginecológica o intenta tener una penetración e incluso introducir un tampón puede llegar a ser molesto, yo recuerdo que me encerré en el baño a mis 11 o 12 años porque no sabía y no quería utilizar un...

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