La sobrina sin remedio / Papayas y melones

La semana pasada les conté de mi "amiga" que se convirtió en lesbiana o bisexual y eso me recordó mi primera vez con una mujer...

Yo estaba un poco nerviosa, no me acuerdo exactamente de la fecha, de lo que sí me acuerdo es que a mí ya me llamaban la atención algunas chicas, pensaba que eran bonitas, que eran muy atractivas con sus escotes o sus traseros redondos, pero en ese momento nunca tuve algún pensamiento "pecaminoso", como lo tengo ahora con algunas chicas (y digo algunas, porque ahora soy súper meticulosa en cuanto al físico, me he dado cuenta de tantas cirugías que eso no me atrae, luego les cuento los detalles). En fin, para mí no era raro ver de arriba a abajo a las chicas que pasaban frente a mí, siempre he dicho que hay que reconocer cuando alguien es atractiv@.

Esa tarde nos tocó ir a una cita a una compañera y a mí. Ella se llamaba Violeta, era igual de chaparrita que yo, cabello liso y castaño, casi nada de bubis, pero con un enorme cabús, era de esas chicas que tienen mucha cadera y piernas bien torneadas, eso era su atractivo, yo admito que me daban una especie de cosquillitas allí abajito al verla con sus minifaldas. Cuando se agachaba, se le subía toda la mini y dejaba verle todo el mapamundi... Se le veía hasta el canal de Panamá. Jajajaja.

Ella me dijo: "cálmate, no estés nerviosa, yo te guiaré en cualquier cosa". Y así fue, primero me dijo que nos desnudaríamos muy lentamente una a la otra. Ella me quitó el vestido mientras me daba besos en el cuello, yo le quité su blusita con las manos temblorosas, luego ella antes de quitarme el bra se acercó a mi pecho y con su lengua buscó mi pezón hasta que lo sacó del sostén, me lo succionó suavemente con sus labios tersos, suspiré y mis ojos se cerraron, yo sentía cómo me recorría la sangre por todo el cuerpo para llenar mis genitales porque me estaba excitando demasiado. Recuerdo que mi mente decía que estaba mal y quería quitarla, pero mi cuerpo realmente deseaba que siguiera con ese jugueteo, quería sentir esa lengüita en mi zona especial, entonces ella me desabrocha el bra y se quita la falda y queda con una tanga de hilo que sólo resaltaba su enorme trasero, en esa época yo era muy torpe, no sabía cómo actuar o qué hacer con una mujer y menos con una experta.

Ella me recostó con almohadas detrás de mi espalda para que siguiera viéndola, se puso de perrito con su rostro en mi entrepierna y comenzó a beber la miel de mi panal mientras su trasero al aire se veía...

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