La sobrina sin remedio / Juegos íntimos femeninos

Para ser buenos en la cama, en la mesa, la regadera, la oficina o donde lo hagan, necesitamos primero conocernos a nosotros mismos, es decir, tenemos que saber qué nos gusta y qué no, cuál es el punto donde se "prende el fuego" y si esto requiere que hagamos una serie de maniobras como cuando manejaban las antiguas computadoras que era llamadas transistores de compatibilidad y tenían demasiados botones, que te movías de un botón al otro para que la máquina (en este caso el humano) nos dé el resultado de la ecuación (en este caso el orgasmo) pues adelante!! Tenemos que dar ese paso para encontrar nuestra felicidad.

Sabemos bien que en tiempos pasados, la sociedad veía como "cosa del demonio" la masturbación, se decía que no era una práctica natural, de hecho desde la época medieval, la religión comenzó a dominar el pensamiento de las personas y la Iglesia era la que dictaba y juzgaba las cosas correctas e incorrectas, el placer por el placer fue castigado. Ni hombres ni mujeres debían tocar su cuerpo porque lo deseaban, el único objetivo era reproducirse y seguir con la creación de la especie, es ahí donde aparecieron los mitos sobre la masturbación, como: "se te va a secar la mano", "te van a salir pelos en la mano" o el mejor de todos "te vas a quedar ciego", jajajjajaja bueno si por error te cae la leche en el ojo, te quedas ciego un ratito, pero no para siempre.

En fin, estamos en tiempos en que las personas tenemos mente abierta, así que la masturbación no debería de ser un tabú a estas alturas. Aunque es mucho más común que hablemos de la masturbación masculina, ahora quiero contar un poquito acerca de nuestros juegos íntimos femeninos; muchas mujeres utilizan juguetes sexuales, tengo que confesar que no soy muy amante del silicón, del metal, o incluso de materiales raros como el cristal o la cerámica (y por dar un dato más de mi vida, tampoco me gusta mucho el látex, por eso uso los condones de sabores para que cuando vuelva a darle unos sorbetes al popote, me sepan a fresa, chocolate o qué se yo!) por eso en la intimidad, en mi tiempo libre y si no tengo al "sin hueso" a mi lado, me acaricio a mí misma todo el tiempo que sea posible, puedo durar desde 3 minutos hasta una hora, para llegar al orgasmo por mis propios métodos.

Si estoy recostada en la cama, abro mis piernas, levanto las rodillas con las plantas de mis pies en la cama y empiezo a acariciarme suavemente el clítoris con el...

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