La sobrina sin remedio / Besos rinconeros

Nunca imaginé tan agradables respuestas de todos ustedes hacia a mí. Nunca pensé que mis palabras les llegarían a lo más profundo de su alma. Creo que esto de escribir es un don muy hermoso que he cosechado con el paso del tiempo. Realmente no quería escribir la columna anterior debido a que creí que nunca llenaría mis expectativas al documentar un momento de tristeza (ya saben que soy muy perfeccionista conmigo misma), pero qué bueno que lo hice, qué bueno que transmití mis sentimientos, ya que muchos de ustedes me hablaron por las redes sociales para decirme que es la mejor columna que he escrito hasta ahora. Algunos recordaron lo importante que es la familia o los amigos, de hecho, hubo una señora de Puebla -Luz Acosta de 63 años-, que me escribió muy lindas palabras y me dijo que ella estaría orgullosa de tener una hija como yo, porque he sabido salir adelante sin la ayuda de nadie.

Realmente quiero agradecer enormemente a todos por alentarme, por decirme mis verdades y por ayudarme a pasar este trago amargo que, aunque no recibí la respuesta adecuada de mi familia, sé que no importa, porque ustedes están conmigo. Estaré agradecida eternamente con todos y en especial con METRO la oportunidad de darme cuenta de que también soy muy buena escribiendo, y no sólo en el sexo... como yo lo pensaba. Y es que el desnudar tu alma no es nada fácil, los sentimientos de tristeza son los más abrumadores que contar, pero así es la vida, y no la podemos cambiar. En fin, quedé de contar más cositas hermosas acerca de los besos.

Desafortunadamente, muchas parejas pasan por encima la etapa del beso con demasiada rapidez y avanzan al contacto más íntimo, como el de pechos, glúteos y genitales. Así, cada vez le dedican menos tiempo a sentirse o conectarse mutuamente con los besos, ya que quieren completar el acto sexual llegando al coito lo más pronto posible. Con esto, el sexo se vuelve... digamos... algo monótono. Es decir, los besos apasionados y largos son los que le dan la chispa sexual, ese placer para disfrutar un largo rato en la intimidad con la pareja.

Lo que puedo platicarles en mi experiencia es que después de haber terminado el coito, ya que disfrutamos y dimos mil vueltas en la cama, ya que nos bañamos o limpiamos nuestros genitales y estamos listos para dormir, no sé, de repente volvemos a estar cara a cara acostados en la cama, y su respiración me vuelve loca, en el buen sentido. Me hace quererlo abrazarlo y besarlo eternamente. ¿Saben?, es...

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