Yo sobreviví al Covid19

AutorVíctor Zertuche

Tengo 55 años y varios padecimientos a los que los médicos se refieren como comorbilidades, entre ellos diabetes e hipertensión.

Mi historia es la de una persona que se cuidó mucho, que siguió todas las recomendaciones de sanidad y, a pesar de todo, se contagió de Covid-19.

Vivo en León. El viernes 26 de junio de camino a mi oficina para recoger un equipo (trabajo en casa desde el 21 de marzo), un camión se me estrelló en la cajuela y ahí empezó todo. Tuve contacto con el chofer del camión, con 3 policías y con el ajustador del seguro. Mi neumólogo y yo creemos que uno de los policías me contagió, por su contacto con mucha gente y porque no usan cubrebocas.

El Covid-19 se asemeja a un tsunami, el cual empieza con olas moderadas y poco a poco el oleaje se intensifica. Al final, las olas son tan grandes y tan poderosas que se llevan hasta los cimientos de las casas.

En mi tsunami personal, los síntomas empezaron con una fiebre moderada, un dolor de cabeza moderado, sin tos, con diarrea y con un dolor muscular y dificultad leve para poder respirar. Al sexto día el doctor confirmó el diagnóstico: "tienes neumonía y estás contagiado de Covid-19".

El médico me prescribió el uso de oxígeno y algunos medicamentos. Conseguirlos fue toda una odisea. La cantidad de personas contagiadas es tan grande, que todos los servicios e insumos están agotados.

El lunes 6 de julio, solo un día después de haberme internado, mi médico me informó que, ante mi gravedad, me iba a intubar y conectar a un ventilador mecánico. Esa noticia es una de las más devastadoras que me han dado en mi vida, sabía que iba a entrar a terapia intensiva, pero no había garantías de salir vivo de ahí.

En este lapso mi familia hizo hasta lo imposible por conseguir un donador de plasma, el cual estuviera recientemente recuperado de Covid-19. Al final lo lograron. Esa fue una transfusión de vida.

Una vez que me fue retirado el ventilador mecánico, y al salir de mi inconsciencia, empezó la segunda parte de la mayor pesadilla. En ese momento descubrí, con toda su brutalidad, lo que el Covid-19 provoca en un ser humano. Lo primero que advertí fue la increíble dificultad para respirar, es como si un elefante se subiera con sus dos patas delanteras encima de tu pecho, cada inhalación es una lucha increíble.

La debilidad es extrema. El hablar...

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