Los sobrenombres de la política: Por sus motes los conoceréis...

AutorMarco Antonio Martínez

El Negro, La Ardilla, El Kid, El Meme, El Pejelagarto, El Croquetas, La Güera, El Esquiador, El Diamante Negro...

No son nombres artísticos de estrellas de cine o televisión, ni de personajes de historietas. Tampoco son los alias de peligrosos criminales perseguidos por la justicia.

Son los motes de la política.

Un apodo es otro nombre que se da a las personas en vez del suyo propio, tomado de sus defectos o sus circunstancias, de acuerdo con el Diccionario General de la Lengua Española Vox. La raíz de apodar significa comparar, apunta el diccionario de María Moliner.

Comparaciones de políticos que, en el recuerdo popular, han pasado de generación en generación. Como Lázaro Cárdenas, a quien apodaban El avión por el grosor de sus labios; Adolfo López Mateos, cuyo apellido devino en López Paseos, por su afición a los viajes; Carlos Salinas de Gortari, conocido como El Volkswagen por semejar de espaldas un automóvil con las puertas abiertas o Casi Sin Greña, como una forma de jugar con sus iniciales.

Muestras de cariño o de escarnio, los sobrenombres alcanzan a políticos de todos los niveles y todas las tendencias, desde Presidentes de la República hasta dirigentes obreros. Hay personajes que han fomentado para sí mismos los motes, como Félix Salgado. Otros los heredaron de su paso por la farándula, como Irma Serrano.

Signos de una moderna desacralización de la política, ésta es la historia de cómo surgieron los apodos más célebres que han trascendido los círculos cercanos de los personajes y se han vuelto de uso común entre la opinión pública.

Roberto Albores Guillén

Al aún gobernador de Chiapas se le conoce entre sus ex compañeros, los diputados de la 57 Legislatura, como El Perro. Así le decían por su bravura y sus pleitos, dice Victorio Montalvo, quien fue presidente de la Comisión de Seguridad Pública en San Lázaro.

El 28 de octubre de 1998, el subcomandante Marcos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en un comunicado, impuso a Albores el apelativo de Croquetas.

"El Croquetas de Albores se ha permitido ponerle un ultimátum al proceso de diálogo y ha dicho (refiriéndose al encuentro EZLN-sociedad civil que se realizaría en San Cristóbal de las Casas del 20 al 22 de noviembre de 1998) que es la 'última oportunidad' para que en Chiapas se hagan esfuerzos por la paz".

El 3 de septiembre de 1999, Marcos fue más explícito. Se refirió a las carreteras, al presidente Zedillo y a Albores: "Con las carreteras de Zedillo, porque tenemos que recordarles que es Zedillo el que nos hace la guerra, el Croquetas Albores es un perrito obediente de Zedillo que ladra cuando le dicen que ladre y calla cuando le ordenan que calle, han llegado los tanques de guerra...".

Cuauhtémoc Cárdenas

El tres veces candidato a la Presidencia de la República fue parodiado por el segmento humorístico "Hechos de Peluche" del noticiario Hechos de TV Azteca. Uno de los muñecos, inspirado en la figura de Cárdenas, recibió el nombre de "Cuatemochas". Sus repetidas apariciones lo convirtieron en uno de los personajes más aceptados. El guionista Marco Antonio Flota señala que el nombre de "Cuatemochas" era lógico, por Cuauhtémoc.

"No quiere decir nada. Alguna persona lo interpretó y en la campaña le dijeron 'Cuatemochas, a ver si cuando llegues te mochas', pero no era la intención", dice el también autor de las columnas "Grillotina" y "Domingrillo".

El apodo sirvió para que la gente lo identificara así.

"Cuando salió el peluche del 'Cuatemochas' todo el mundo suponíamos que a lo mejor el ingeniero, por ser tan especial en el carácter, se iba a molestar. Pero resulta que en plena campaña, en un acto con estudiantes del Politécnico, de repente un muchacho se le pone enfrente y le dice 'arriba mi Cuatemochas', y él (Cárdenas) soltó la carcajada. Entonces dijimos 'no le cae mal'. No provoca ninguna reacción adversa", comenta el vocero del Partido de la Revolución Democrática, Carlos Navarrete.

"Incluso un día, en Casa Lamm, hubo una reunión a mediados del año pasado. El ingeniero ya era jefe de Gobierno. Se reunieron todos los diputados de la 56 Legislatura, donde estábamos varios de nosotros, unos 50 ó 60. Llegó un legislador, se sentó en la mesa, empezaron los discursos, todos muy formales, y de repente este amigo, ex diputado federal, dice: 'Bueno, así como está todo muy serio, yo me voy a permitir darle la palabra a mi Cuatemochas'. Y se soltó la carcajada general, incluyendo la del ingeniero".

-¿Tiene otro apodo el ingeniero?

-"El Cuate". Así le dicen en su familia y él le dice también a Cuauhtémoc chico. Los dos se dicen Cuate: "¿Quihúbo...

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