SOBREAVISO / Potencia media... conformista

AutorRené Delgado

Métase en prisión a un dirigente sindical, pero dense garantías al resto. Háganse las reformas a la medida de su aprobación. Acéptense los resultados electorales como hayan sido y, donde no, éntrese a canjear votos por prebendas. Apláudase la disminución de las ejecuciones si la hay, y si no, también; pero evítese hablar de la violencia. Ajústese las veces necesarias el informe del gasto de los partidos hasta cuadrarlo y aprobarlo. Ciérrense los tribunales cuando incomode ver cómo se juzga. Castíguese a quienes corrompen y se quejan de la corrupción, nunca al funcionario corrompido. Precísese que la extorsión con medida es tradición; en exceso, delito. Mitíguese el hambre sólo en temporada no electoral. Sacrifíquese a un ex gobernador, siempre y cuando no sea del grupo. Fortalézcase la idea de los ausentes y deséchese la de los desaparecidos. Aguántese a los poderes fácticos, pero dígase que están bajo control. Licítense contratos con transparencia y cuando no, pues no. Constrúyase un segundo piso en el país para que la clase dirigente transite sin los molestos empujones de la planta baja. Prepárese atole necesario y suficiente.

Cumplido y practicado lo anterior, difúndase el tremor del volcán como júbilo del centro de la tierra ante al vertiginoso resurgimiento del país como potencia media... conformista. Rellénense cascarones de ceniza a falta de huevos de harina. Festéjese cuanto suceda y si no sucede nada, hágase también la fiesta.

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Cuando el índice de popularidad domesticó la toma de decisiones, cuando el no hacer olas doblegó el coraje de tomar riesgos, cuando la oposición copió el modelo del comercio en pequeño, cuando la meta de ocupar un cargo borró el punto de partida de ejercerlo, cuando de la resistencia se hizo necedad, cuando el registro de los partidos se volvió franquicia, cuando la derecha y la izquierda se aliaron para frenar al centro, cuando el diálogo se transformó en pretexto y el acuerdo en punto muerto, cuando al de atrás se le vio como arriero de problemas, cuando se confundió flotar con nadar, cuando se comenzó a pensar qué escribir en vez de escribir lo que se piensa, cuando de la ley se hizo negociación y de la negociación trueque de privilegios, cuando las elecciones se igualaron a los mercados sobre ruedas, cuando los consejeros y comisionados pusieron cinturón de seguridad en sus asientos, cuando el recurso público se volvió monedero privado, cuando los candidatos buscaron patrocinios en vez de votos...

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