SOBREAVISO / Abrir para cerrar

AutorRené Delgado

Por triste y chistosa, en la cartelera política no hay comedia más entretenida en estos días que la protagonizada por los partidos de la Revolución Democrática, Acción Nacional y Revolucionario Institucional. Su orfandad, o sea, la carencia de liderazgo y el arrumbamiento de su respectiva doctrina, les hace cometer locuras increíbles, la más reciente: abrirse para cerrarse.

Simulan ya no importarles quién vaya a abanderarlos en la contienda electoral del año entrante, porque el punto es sobrevivirla y, si se puede, quedarse con la Presidencia de la República aun cuando no sepan qué hacer con ella.

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La elección del año entrante pinta como un referéndum en torno al modelo de desarrollo y esos tres partidos corren en dirección contraria a los polos donde deberían agruparse.

El aliado natural del panismo es el priismo y el del perredismo es el morenismo. La evidencia es obvia, sin embargo, las dirigencias albiazul, tricolor y negriamarilla fingen no darse cuenta. Es comprensible porque, asumirlo, exigiría sacrificar las pequeñas ganancias conquistadas por el grupo hegemónico partidista que controlan. La patria es primero, desde luego; pero antes las prerrogativas, los privilegios y las prebendas.

Bajo esa miope mirada inventan fórmulas y pócimas para ensayar chistosísimos experimentos políticos sin tener muy claro qué es lo que quieren y proponen.

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En nombre de la apertura a la ciudadanía, el priismo rompe los candados que le impiden postular a un simpatizante que, técnico y moderno, propone el matrimonio doctrinario de Plutarco Elías Calles y Manuel Gómez Morin. Un cuadro al que poco le importa el color de la camiseta, siempre y cuando lo vista.

Al panismo que -según Carlos Castillo Peraza- se alzó con la victoria cultural de sus postulados sobre los del priismo desde 1988, aún le cuesta emparentarse con su supuesto adversario histórico y practica una política esquizofrénica: electoralmente se alía al perredismo y políticamente al priismo. Y, hoy, junto con la cúpula perredista, busca al estadista encubierto que abandere la idea de que la-izquierda-y-la-derecha-unidas-jamás-serán-vencidas. Bajo el ardid de integrar un frente amplio que no acaba de definir qué propone y a qué se opone, la dirigencia panista defiende sus pequeños intereses y niega estar ante la posibilidad de aliarse política y electoralmente al priismo.

La dirigencia formal e informal del perredismo impulsa la política del despecho. Si Andrés Manuel López Obrador sólo...

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