Slackline caminar por el aire

AutorKarem Nerio

Sobre una cuerda de 5 centímetros de ancho jóvenes realizan piruetas, posiciones de yoga y hasta cruzan montañas en un deporte que está ganando popularidad en todo el mundo: el slackline.

Esta práctica de equilibrio es cada vez más frecuente en parques y festivales de España, Italia, Estados Unidos y otros países.

Y aunque es parecido al funambulismo, donde un acróbata camina sobre un cable tenso, el "slack" es algo más cercano a la escalada de montaña.

"El slackline es un hermanito de la escalada", explicó Francisco Morales, o "Clarck", como es conocido entre los slackers.

Desde hace cinco años, "Clarck" practica la actividad y pertenece al colectivo pionero Slackline Monterrey, conformado por 15 personas.

Los inicios del slackline se atribuyen a Adán Grosowsky y Jeff Ellington, dos escaladores quienes en los 80 colocaron una cuerda en el Valle de Yosemite, en California, para mejorar su destreza.

La forma más básica de practicarlo es sobre una cuerda de nylon de 2 pulgadas de ancho (unos 5 centímetros) sujeta a postes o árboles, que deben tener más de 30 centímetros de diámetro.

Uno de los aspectos más llamativos de este deporte es que puede hacerse en montañas, ríos, albercas, casas o edificios.

En la Ciudad, el grupo Slackline Monterrey ha realizado todas estas variantes desde el 2011, aproximadamente.

"Fue la primera ciudad donde se hizo un evento de slack, el 'Slackfest'", explicó Octavio Garza, integrante del colectivo y uno de los principales promotores.

LOS BENEFICIOS

Dar el primer paso sobre la cuerda es lo más difícil, pero una vez arriba se pueden conocer todos sus beneficios.

Garza ha dado clases de slackline a niños desde 5 años y dice que les ayuda a mejorar su coordinación motriz y autoestima.

"De repente tienen muy baja autoestima, dicen: 'Es que yo no sé hacerlo', 'es que yo no puedo', y una vez que lo van intentando y lo van haciendo eso realmente les cambia", expresó Garza.

En los adultos la cuerda puede tener efectos de relajación y concentración.

"Cuando tienes un problemilla o alguna tarea, el enfoque que vas a tener es mayor porque es de lo que aprendes más aquí", explicó Morales.

Las cuerdas de los principiantes cuestan en promedio mil 500 pesos, mientras que aquellas para líneas más especializadas pueden llegar a costar entre 12 y 15 mil.

EN CIUDAD Y MONTAÑA

Quizá en alguna ocasión te hayas topado con estos acróbatas urbanos, pues han hecho demostraciones en espacios de la Ciudad, como la fuente en la Explanada del...

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