¿Para qué sirve la web3?

Fecha de publicación14 Septiembre 2022

Por Tomicah Tillemann

El sistema financiero actual funciona bien para los delincuentes, pero mal para millones de personas en todo el mundo, incluidos los disidentes en sociedades cerradas. Al aprovechar cuidadosamente las nuevas herramientas basadas en blockchain, finalmente podríamos comenzar a eliminar la antigua compensación entre la privacidad financiera y la seguridad

WASHINGTON D. C. – La Oficina de Fiscalización de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a una tecnología llamada Tornado Cash porque “desde su creación, en 2019, se usó para lavar más de 7,000 millones de dólares en monedas virtuales”.

Ese tipo de medidas para hacer cumplir la ley no es nada nuevo, pero se trata de un caso excepcional porque Tornado Cash es un programa de código abierto.

Es, básicamente, una herramienta automatizada que combina activos digitales y los redistribuye para proteger la privacidad. Aunque no conocemos completamente a Tornado Cash ni el motivo de su creación, sabemos que desde su puesta en funcionamiento se usó para transferir grandes sumas de activos digitales vinculados con actividades ilícitas (entre ellas, millones de dólares robados por hackers norcoreanos). Ahora, los estadounidenses que usen el servicio podrían ser penados con hasta 20 años de prisión.

Hay quienes creen que esas sanciones son necesarias para evitar el lavado de dinero, mientras que otros las perciben como un exceso por parte de los gobiernos. Pero, independientemente de la perspectiva que adoptemos, vale la pena que consideremos primero por qué se creó un protocolo como Tornado Cash. En pocas palabras, la respuesta es que nuestro sistema financiero no logra equilibrar la privacidad con la seguridad. Afortunadamente, las tecnologías de la web3 (cadenas de bloques) pueden contribuir a solucionar este desafío.

Como asesor sénior de dos secretarios de estado de Estados Unidos, pasé tiempo en muchísimos países examinando la manera en que los distintos sistemas afectan a los derechos individuales y la democracia, y ayudando a diseñar tecnologías y aplicaciones que fortalezcan a las sociedades abiertas. Mientras lo hacía, presencié el reiterado fracaso de los sistemas financieros actuales en casi todas sus dimensiones. En el mundo hay más de 1,000 millones de personas (millones de ellas, en Estados Unidos) que no pueden acceder a los servicios financieros básicos. Muchos no pueden pagar cuentas ni enviar dinero a...

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