Opinion Internacional/ Sindicatos, ¿están acabados o preparan su futuro?

AutorAlvin y Heidi Toffler

Al avanzar algunas de las economías más allá de la era industrial, los sindicatos enfrentan una decisión trascendental. Como las corporaciones y la misma nación, deben decidir si abrazar la transición a la nueva economía basada en el conocimiento o resistirla.

Si deciden avanzar con la economía de la Tercera Ola, ellos, también, tendrán que cambiar. Si eligen el camino de la resistencia, con la esperanza de hacer más lenta o detener la transición a la nueva economía, se arriesgarán a perder relevancia e influencia.

En Estados Unidos, la membresía a sindicatos declinó del 35.1 por ciento en 1955 al 9.4 por ciento de los trabajadores en 1998. Aunque las regulaciones a favor de las empresas sin duda contribuyeron a favor de esta tendencia, jugaron un papel mucho menos importante que el cambio estructural del trabajo fuera de las fábricas hacia los empleos de servicios y conocimientos, y la señalada imposibilidad de que los sindicatos hicieran las adaptaciones necesarias para servir a los trabajadores de la nueva economía.

En la Unión Europea, la membresía en sindicatos está, similarmente, en caída libre. Luego de perder 400 mil miembros en los últimos cuatro años, cinco grandes uniones del sector público y privado de Alemania se fusionaron recientemente. La membresía en sindicatos para los empleados de banco, establecimientos de ventas al menudeo, imprentas y otras industrias está también en decadencia. Las uniones tienen dificultades para organizarse en los negocios pequeños y de tamaño medio, la alta tecnología y las profesiones.

Esto no se debe a que los empleados (y autoempleados) en estas ramas estén perfectamente contentos con sus empleos y condiciones de trabajo. Tienen necesidades. Los sindicatos de la Segunda Ola, sin embargo, no están llenando las necesidades de la Tercera Ola.

Los sindicatos tienen sus raíces en la época preindustrial, cuando artesanos calificados formaban "uniones" para proteger sus intereses. La Revolución Industrial, por contraste, llevó a sindicatos diseñados para defender los intereses de masas en gran medida poco calificadas, en gran medida intercambiables. La transición a una economía de la Tercera Ola requiere un cambio, una vez más, a una fuerza de trabajo calificada, menos intercambiable.

Al igual que los sindicatos masivos protegen a los trabajadores en las economías maduras de la Segunda Ola, ahora las uniones pueden ayudarlos a prepararse y ajustarse para la nueva economía. Las uniones pueden ayudar a...

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