Contrapuntos/ Sindicatos y cambio político en México

AutorJuan Luis Hernández y Javier Hurtado

Juan Luis Hernández

Los sindicatos dejaron de ser, en los últimos 20 años, eficaces instrumentos de gestión social y sólo permanecieron como aparatos de manipulación política. Desde sus estructuras se apoyaron candidatos.

EL AUTOR es politólogo y coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana.

Cuando Lázaro Cárdenas estructuró las corporaciones obreras y campesinas dentro del partido oficial, pretendió establecer un vínculo indisoluble entre el Estado y la sociedad. El primero se comprometía a partir de políticas públicas a satisfacer las necesidades más apremiantes de los distintos sectores sociales a cambio de que éstos respaldaran políticamente al gobierno a través de un permanente apoyo al partido hegemónico.

Más tarde, se agregó la CNOP, y junto con la CTM y la CNC, corporativizaron a la mayor parte de la población mexicana que durante décadas perteneció al PRI, quisiera o no, supiera o no.

La alianza entre el gobierno y la sociedad corporativizada a través de un cordón umbilical llamado PRI permitió importantes logros para los trabajadores en los contratos colectivos de trabajo en un contexto donde el Estado de Bienestar era impulsado y el desarrollo estabilizador provocaba el "milagro mexicano".

Mientras tanto, los sindicatos se habían convertido no sólo en gestores de beneficios sociales sino fundamentalmente en primerísimos instrumentos de control político. Los dirigentes sindicales eran postulados por el partido oficial para cargos de elección popular y desde ahí mantenían un férreo control al interior de sus organizaciones con la finalidad de evitar cualquier posibilidad de disidencia o crítica al PRI-gobierno.

La década de los 70 fue escenario del surgimiento de movimientos intrasindicales prodemocráticos. Los cacicazgos sindicales fueron amenazados por luchas regenerativas y fue ocasión propicia para que el régimen aplastara a los grupos independientes o terminara cooptándolos. A pesar de que durante los 80 el crecimiento económico fue nulo, los desfiles obreros del 1 de mayo seguían agradeciendo al Señor Presidente su alianza para con ellos. Quizá también agradecían los topes salariales impuestos por los pactos económicos donde las cúpulas obreras negociaban prebendas políticas en detrimento de los trabajadores.

Los sindicatos dejaron de ser, en los últimos 20 años, eficaces instrumentos de gestión social y sólo permanecieron como aparatos de manipulación política...

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