La Alcazaba/ El sindicalismo, cuestión de honor

AutorLuisa Fernanda Cuéllar

El pasado 17 de abril, la Suprema Corte de Justicia de la Nación realizó un hecho histórico al declarar inconstitucionales los Artículos 395 y 413 de la Ley Federal del Trabajo, los cuales permitían establecer en los contratos colectivos la cláusula de exclusión que impedía a sus agremiados separarse del sindicato sin perder su trabajo. Durante décadas funcionó casi como un instrumento de tortura, ya que aquel que osara declarar públicamente no compartir los ideales sindicales del que le hubiera tocado en suerte pertenecer, estaba fuera de la jugada. Desde hace tiempo aparecieron líderes que se sensibilizaron a la injusta cláusula y abogaron por su abolición, entre ellos estaban Valentín Campa, Rafael Galván y Demetrio Vallejo, por mencionar a algunos.

La democratización de los sindicatos ha sido una asignatura pendiente en este país desde hace muchos años y ya va siendo hora de renovar estructuras y romper moldes como signo de progreso. El mundo laboral actual demanda nuevas organizaciones para su defensa, ya que las que han existido no sólo resultan inútiles sino hasta contraproducentes.

El nuevo sindicalismo debe ser propositivo y aportar soluciones para el mejoramiento de las condiciones de vida del trabajador. Tiene que representar a las clases más desfavorecidas divulgando y defendiendo sus derechos sin convertirse en un explotador más.

La historia del mal sindicalismo no es privativa de México. Existen en el mundo millones de personas que se encuentran desprotegidas en cuanto a sus derechos laborales y no cuentan con representantes que les orienten y den la cara por ellos. En Malasia, por ejemplo, el Gobierno declaró "union free" o libre de sindicatos, al sector electrónico que incluye empresas tan importantes como Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett Packard. Tampoco las 190 obreras que fabricaban en Tailandia muñecos de Sesame Street, Bart Simpson y los Muppets y que murieron quemadas en 1993, pertenecían a sindicato alguno. El pasado año durante la campaña electoral de los Estados Unidos, Bush y Gore estuvieron de acuerdo en la necesidad de difundir en todos los países el modelo estadounidense de relaciones laborales, pero lo que pocos saben es que de los 183 convenios internacionales que se han firmado desde 1919 con el propósito de regular las relaciones de trabajo en el mundo, nuestros vecinos del norte han firmado sólo catorce, contra los 115 de Francia, 106 de Noruega y 76 de Alemania, por citar algunos.

Existen...

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