Jesús Silva-Herzog Márquez / Nutrir al Ombudsman

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

¿Dónde comerá hoy el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿Qué sopita pedirá? ¿Carne o pescado de plato fuerte? Cuando pase el carro de los postres podrá elegir a sus anchas entre los pasteles y los flanes. Tal vez se anime por un helado para acompañar su café. Por fortuna, no tendrá que preocuparse mucho por la cuenta. Los contribuyentes pagamos. Para asegurar que el presidente de la comisión pueda cuidar bien nuestros derechos básicos, la nación le ofrece un presupuesto generoso para su alimentación. Nadie quiere a un desnutrido persiguiendo torturadores o a un hambriento cuidando nuestras libertades. Queremos un Ombudsman saludable y bien comido.

Por eso, entre los gastos que anualmente se destinan para mantener a flote la administración pública, hay una partida específica para la nutrición de nuestro Defensor. El presidente de la Comisión cuenta con un presupuesto anual de 1 millón 820 mil 160 pesos para el pago de sus alimentos. Nada mal. Eso implica que cada día del año -sin descontar fines de semana o días feriados- el protector podrá gastar 4 mil 986 pesos en el pan y la sal. Que nadie diga que esto es un gasto: es, por supuesto, una inversión.

Un grupo de investigadores del CIDE ha documentado las prioridades del Estado mexicano. Concentrándose en las instituciones emblemáticas del cambio político en el país, ha tomado la radiografía de nuestro gasto. ¿Cuánto pagamos para organizar elecciones? ¿Cuánto nos cuesta la defensa de los derechos humanos? ¿Cómo se distribuyen los recursos en los municipios? ¿Qué ganamos con todas estas erogaciones?

Al examinar dónde se canalizan los recursos públicos, observamos lo que, en verdad, importa a la clase política. Ahí, en las partidas presupuestales, se registran las auténticas prioridades del poder público. Más allá de los discursos, más allá de las declaraciones, en el presupuesto queda claro qué importa. No cabe la menor duda de que nos importa -y mucho- la correcta nutrición del presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Lamentablemente, no existe aún un estudio claro que muestre el impacto que tienen las botanas que come el funcionario en su desempeño como protector de los derechos fundamentales. No contamos tampoco con un reporte técnico que establezca el vínculo entre las proteínas que ingiere el titular de la Comisión y la solidez de sus recomendaciones. ¿Qué efecto tienen los carbohidratos en el fortalecimiento de su autoridad moral? ¿Alimentos altos en...

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