Jesús Silva-Herzog Márquez / La enfermedad del poder

AutorJesús Silva-Herzog Márquez

En El otoño del patriarca García Márquez busca las raíces de un trauma. Las carencias del político lo hacen peligroso.Plinio Apuleyo Mendoza le recordaba a García Márquez las circunstancias en que fue germinando la idea de El otoño del patriarca. En la madrugada del 23 de enero de 1958 el dictador Marcos Pérez Jiménez tomaba un avión de Caracas hacia el exilio. Estaba furioso. No solamente dejaba el poder, también olvidaba un maletín con once millones de dólares. Los colombianos cubrían desde la capital venezolana los acontecimientos para un semanario y pudieron visitar las guaridas del poder. En los palacios deshabitados, García Márquez conversó con un mayordomo que había servido al dictador fugitivo y al anterior. Recordaba la hamaca donde dormía su siesta diaria, su gallo de pelea. En esos días el novelista colombiano empezó a tejer la historia del déspota perpetuo. La visión de la que brotó la novela fue la imagen de un dictador ancianísimo y solitario encerrado en un palacio lleno de vacas.

En aquella conversación García Márquez definió su novela como "un poema sobre la soledad del poder". El otoño, en efecto, se lee como una catarata de dibujos que se suceden sin respiro. Capítulos de un solo párrafo, oraciones de una página cargadas de imágenes. La acción es alegoría, la realidad metáfora, cada palabra un símbolo. El novelista se reinventa tras su éxito. Lejos de seguir la fórmula de Cien años de soledad, juega con la sintaxis, rompe la línea del tiempo, entreteje voces que jamás se identifican, muda de perspectiva sin aviso. El más experimental de mis libros, dice él mismo: su "aventura poética" más interesante. Pero quizá, al mismo tiempo, se trata de uno de los textos más personales porque aborda una de las obsesiones centrales del escritor: el poder.

Más que un poema sobre la soledad del poderoso, El otoño del patriarca parece una meditación sobre el poder como enfermedad. El mando se presume como la capacidad de conseguir lo deseado. Al poder se le asignan amplísimas virtudes constructivas. Una voluntad que se impone sobre las resistencias: atrapar la presa, colmar el apetito, encontrar obediencia, conducir la vida común. El patriarca de García Márquez no dibuja la historia a su antojo. La omnipotencia del tirano resulta tan estéril como la debilidad. El imperio del cacique es arquitectura de escombros, glorificación de las...

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