Sigue vida juchiteca

JUCHITÁN.- A pesar de todo, Juchitán se adapta a la vida después del sismo.

Por las noches la gente toma el fresco en la banqueta, saca sus hamacas y sus perezosas. Ahí están padres, hijos y abuelos, sin televisión, entretenidos en la plática.

La noche del susto la señora Benita salió corriendo de la casa. Le agradeció a Dios y respiró tranquila, hasta que se acordó de que su esposo seguía durmiendo adentro: "¡se me olvidó el marido!".

Y corrió a la puerta donde venía el hombre de mal humor y con sueño.

En la sección Séptima, Antonio Santiago Jiménez, de 84 años, ni siquiera quiso salir a la calle y juntó los brazos: "yo ya no salgo, ya me acomodé para recibir a Dios". Pero sobrevivió sin un rasguño. Los comerciantes del mercado destruido por el sismo de 8.2 grados del 7 de septiembre sacaron sus negocios y se regaron por el jardín público.

"Johnny, Johnny, ¿por qué eres así?", le bromea un cliente a un muxe que aquí trabaja. El muxe, va y viene, con la elegancia natural de los seres de aire, y dice que la vida sigue: "Nos hemos tenido que rascar con nuestras propias manos, porque si no esperamos al...

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