Lo sigue polémica hasta en su adiós

AutorFrancisco Morales V.

MÉXICO. Con la mano derecha, socarrón y galante, José Luis Cuevas se tuerce el bigote y mira a la cámara. En la fotografía, a perpetuidad, en ese blanco y negro, el "Gato Macho" sostiene la última de sus risotadas: la de la victoria.

Si uno se para en el vestíbulo del Palacio de Bellas de Artes y mira hacia arriba, la gigantesca imagen en la que se ríe, colgada desde el primer piso, apenas deja ver el mural de Siqueiros, su eterno rival, que suele dominar la planta.

Al pilar de La Generación de la Ruptura le rinden un homenaje luctuoso en el epicentro del muralismo mexicano. El enfant terrible tomó el templo por asalto.

Ante el micrófono de los discursos, Fernando González Gortázar dice que el que su amigo, fallecido el lunes pasado a causa del cáncer, sea despedido entre adversarios, no significa confrontación.

"Significa una sola cosa y ésta es importantísima: la continuidad de una cultura. Digamos que los muertos se reconcilian con los muertos, pero no sólo eso: se reconocen como parte de ese reloj gigantesco y siempre cambiante que es la cultura mexicana", dijo.

Para los vivos, sin embargo, reconciliarse es más difícil y, a veces, de plano imposible.

Horas atrás, mientras las cenizas de José Luis Cuevas viajaban en una carroza fúnebre de porte clásico, sus tres hijas, Ximena, María José y Mariana Cuevas, quienes acusaban que a su padre lo tenían secuestrado, comenzaban -ellas también- la toma de Bellas Artes.

Para ese momento, las hostilidades ya habían sido declaradas: en el servicio funerario del que partió la carroza, una lista llevaba sus tres nombres bajo el membrete "No tienen permitido el acceso".

Sobre la viuda de Cuevas, Beatriz del Carmen Bazán, defendida hasta la muerte por su esposo, penden acusaciones de las tres hijas por mantener a su padre supuestamente incomunicado durante años, bajo condiciones de maltrato y prohibiéndoles las visitas.

El propio Cuevas, por otro lado, las acusó a ellas de calumniar a la esposa. En el 2013, ambas partes intercambiaron, incluso, demandas civiles.

Las tres Cuevas, familiares y amigos llegaron al recinto antes que Bazán, se distribuyeron por el espacio y esperaron. Una cámara semiprofesional estaba lista para registrarlo...

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