Signos / Un río asesino

La mayoría de los políticos siempre dejan la solución de los problemas para después. Aunque estos parezcan urgentes, y en algunos casos, hasta de vida o muerte. Les gusta darles largas, posponerlos, con la malsana intención de que la gente se olvide de ellos y deje de estar dando lata.

Como su paso por la administración pública está determinado por una gran movilidad, suelen cambiar de puestos y ubicación con mucha facilidad, y por lo tanto se apoyan en el supuesto de que en unos meses o años algunos problemas ya no serán asuntos que les incumban y por lo tanto los dejan a la deriva.

Así ha pasado con la contaminación de las aguas del Río Santiago, que con singular temeridad, algunos funcionarios consideran apropiadas para ser almacenadas una vez que se construya la Presa de Arcediano.

Habría que recordar, sólo como una referencia, que el jueves 4 de marzo de 2004, hace cuatro años, ocho diputados del Congreso de Jalisco propusieron que se realizaran estudios detallados para dimensionar la gravedad de la contaminación en el Río Santiago.

Advertían en un documento: "Instrúyase a las Comisiones de Higiene y Salud Pública, Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable, Recursos Hidráulicos y Derechos Humanos, para que soliciten a la brevedad posible, tanto a la Comisión Nacional del Agua (...) así como a la Secretaría de Salud (...) efectúen los muestreos representativos conforme a la metodología vigente, para determinar si las aguas del Río Verde, en los puntos de Loma Larga, Temacapulín y La Cuña, o bien si las aguas del Río Santiago, en el punto conocido como Arcediano, presentan la calidad necesaria para poder destinarse al uso doméstico y servir como alternativa de abastecimiento de...

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