Signos / Una papa caliente

Una cofradía delictiva se habría apoderado, en forma subrepticia del Complejo Penitenciario de Puente Grande y estaría gobernando de facto, desde las sombras, las cárceles estatales, con fines de lucro que derivarían en la presunta venta de privilegios para la realización de negocios lícitos e ilícitos en el interior de los penales y la aprobación de preliberaciones aceleradas con dinero.

Las historias negras que se platican sobre el Complejo Penitenciario de Puente Grande son moneda corriente en los ámbitos del Poder Judicial, de la Procuraduría General de Justicia del Estado, de la misma Secretaría de Seguridad Pública del Estado y entre los mandos superiores de las principales corporaciones policiacas preventivas de la entidad, sobre todo las de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Es generalizada la presunción de que el manejo del Complejo Penitenciario de Puente Grande se ha convertido en un gran negocio, concesionado o administrado, en forma indirecta, pero con fines evidentes de lucro, por personas que alardean de su proximidad con familiares de alguno de los políticos más influyentes de la entidad.

Son varias las versiones, surgidas de fuentes con acreditada solvencia profesional en los ámbitos de la seguridad pública, la procuración o la administración de justicia, que advierten que la concesión para hacer y deshacer en Puente Grande está en manos de dos influyentes personajes, cuyos apellidos tienen plena consonancia con los de un poderoso hermano encumbrado en la política estatal.

Esos personajes, conocidos como los "hermanos incómodos", habrían delegado la facultad operativa para el control del Complejo Penitenciario de Puente Grande en un...

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