SIGNOS / Los maltratados

Quienes por desgracia y por necesidad tienen que acudir a los servicios del Seguro Social, saben muy bien todas las penurias que tienen que pasar, primero para hacer fi la, conseguir cita y esperar a que el médico se digne a recibirlos, en condiciones verdaderamente precarias y lamentables, pues enferma y todo, la pobre gente tiene que armarse de paciencia.

Y una vez adentro del consultorio, la mayoría de los doctores le ve literalmente la cara a la gente, porque las auscultaciones no dejan de ser superficiales y le recetan a los enfermos cualquier cosa. Después al pobre paciente (y en algunos casos sobradamente paciente y resignado) lo mandan a su casa para que allá termine de sufrir y no necesariamente con la posibilidad real de aliviarse, porque muy probablemente los medicamentos recetados no los encontró en la farmacia de la institución.

Apenas en el cierre del año pasado, Ernesto Aguirre Negrete, representante de los industriales ante el Consejo consultivo delegacional del IMSS, aseguró que según encuestas realizadas por los patrones, el desabasto de medicamentos en el Seguro Social había llegado a casi el 30 por ciento.

¿Qué significa esto? Que de cada tres medicamentos que se le recetan a cada paciente, el Seguro Social sólo puede surtir dos, para que la gente medio se alivie o medio se atienda de las molestias que le provocan algunas enfermedades.

Aseguró el empresario que el desabasto se ha agravado más debido a que se separaron los hospitales por especialidades, los cuales ya no dependen de la delegación regional del Seguro Social sino de una nueva administración. Por si...

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