Tiempo de Negocios / Sientan aerolíneas este año bases para su recuperación en medio de consolidación

AutorDarío Celis Estrada

El 2003 pasará a la historia como el año en que la industria aeronáutica nacional tomó acciones de fondo para encarar la crisis mundial del sector, que se agravaron por los atentados del 11 de septiembre del 2001 y la guerra de Iraq.

Muchas compañías se fueron a la quiebra: Sabena, la principal de Bélgica; Air Lib, la segunda más importante de Francia; Swissair, la uno de Suiza, y Ansett, la número dos de Australia. Y ya ni hablar de United, la más influyente de EU.

La reducción de la demanda acercó a la quiebra a American Airlines, Trasn Brasil, VASP y a Air New Zeland. En México la sacudida de los atentados ya tenía postrada a la industria por los estragos de un mercado globalizado.

A partir de entonces se han aplicado distintas estrategias para encarar la crisis. EU apoyó a sus aerolíneas con 15 mil millones de dólares, de los que 5 mil millones se canalizaron en apoyo directo.

En otras latitudes se ha solicitado a los sindicatos de trabajadores de las aerolíneas flexibilizar sus contratos laborales para paliar el momento. En los otros Gobiernos han ayudado con el pago del combustible.

Ha sido una norma general en el mundo la necesidad de que la industria reduzca sus gastos recortando los vuelos no productivos y al personal de menor antigüedad. Los aviones viejos, por consumir más turbosina, se han retirado.

Otra de las estrategias es la consolidación o fusión sólo de las aerolíneas rentables, a fin de hacerlas resistentes a la crisis. Aunque para lograrlo haya sido necesario la protección o subvención abierta.

Pero por desgracia en el mercado mexicano la reacción de las autoridades y de la propia industria ha sido tardía. Sólo en días recientes las aerolíneas mexicanas han empezado a implementar planes.

Como en otros países, en México se ha buscado hacer más eficiente al sector, reduciendo costos, cambiando los procesos operativos, recortando los vuelos no productivos, reduciendo personal y parando las naves caras.

Crisis que aún antes de comenzar la guerra ya había provocado en los dos primeros meses del año una baja en el tráfico de pasajeros nacional y de México a EU de 5 y 16 por ciento, respectivamente.

La guerra en Iraq incrementó dramáticamente la crisis, que se encuentra ya en uno de sus niveles más bajos de demanda en décadas, puesto que a las dificultades financieras y laborales se le ha sumado el temor al terrorismo.

De ahí que se estime que uno de los impactos para la industria aeronáutica y turística mexicana durante la...

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