Siempre está el lado B

AutorPatricia Miranda

Mágico, colorido, festivo, diverso y suculento... así es México. A la belleza de sus playas, campos, desiertos y montañas se suma la riqueza de sus Parques Nacionales, Áreas Naturales Protegidas y Reservas de la Biosfera.

También hay que añadir el legado cultural de sus museos, sitios arqueológicos, íconos arquitectónicos y Ciudades Patrimonio. Y para que el resultado de la ecuación sea perfecto es necesario agregar la nutrida oferta que se halla tanto en mercados como en Pueblos Mágicos, así como la cálida hospitalidad con la que se recibe a los trotamundos.

Son varios los destinos icónicos que desde siempre han atraído a viajeros nacionales y extranjeros, pero hay otros recovecos que se prestan para evadir al turismo de masas y en los que vale la pena planear un descanso.

Los viajeros que gustan practicar turismo fotográfico pueden encontrar paisajes que además de esplendor resguardan un importante legado. Tal es el caso de la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, enclavada en los estados de Puebla y Oaxaca; es un sitio enigmático en donde confluyen riqueza biológica, geológica, cultural e histórica.

De igual forma está la opción de darle la vuelta a la cotidianidad y convertirse en un cazador de amaneceres en Xochimilco o de sublimes atardeceres y anocheceres en el Parque Nacional Iztaccíhuatl-Popocatépetl.

Quienes deciden visitar poblados como Tequila o Amatitán, en Jalisco, suelen quedar sorprendidos con el panorama. No por nada, el Paisaje Agavero y las Antiguas Instalaciones Industriales de Tequila fueron distinguidas por la UNESCO como Patrimonio Mundial, en 2006.

Los más aventureros quizá opten por hacer...

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