SIEMBRA Y COSECHA / Acaparados por ricos y poderosos

AutorFernando Mayorga Castañeda

Se ha vuelto a tocar en los medios el tema de los subsidios al campo, de por sí complejo por la dificultad para precisar a los destinatarios, que a la postre van desde pequeños productores del campo hasta narcos, pasando por funcionarios públicos, grandes empresarios urbanos y rurales, familias completas de terratenientes y, además, de los que se valen de la simulación para cobrar lo que no les corresponde, gracias a la corrupción que nunca falta en la operación de los programas oficiales.

El caso específico de Procampo nació como un apoyo para contrarrestar el efecto que tendría sobre la economía de los productores mexicanos la entrada en vigor del TLCAN. Su horizonte original fue de 15 años, a los que se han añadido algunos más.

Ante el escándalo que están propiciando las noticias concernientes a los beneficiarios "incómodos", el Gobierno ha reaccionado haciendo pequeñas depuraciones al padrón, pero el tema requiere una verdadera valoración por parte de los representantes sociales, pues todos los subsidios acaba pagándolos el contribuyente/consumidor.

Existen en Europa y en Norteamérica movimientos civiles que están desenmascarando los destinos de las millonarias cantidades de euros, dólares y pesos que se destinan a este efecto.

En el caso de México, hay un sitio en Internet llamado: subsidiosalcampo.org.mx, que está haciendo esa labor de transparentaras para facilitar la reflexión sobre estos temas; ahí se pueden encontrar datos como que el 34 por ciento del presupuesto total de la Sagarpa en el 2008 se compuso por apoyos a la comercialización y el Procampo; o casos como el de Sinaloa, que ocupa el primer lugar como receptor de estos subsidios y que de 1994 al 2008 el primer...

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