Sexo amateur / El juicio de los papás

Hola, mis queridos amigos lectores. Ésta es la segunda parte de las que tienen que pasar quienes le ponen estilo a su sexualidad.

Todos sabemos que la sexualidad... mhhh... digamos común (ya saben, una pareja que sólo sale a divertirse a algún hotelito o en su recámara poniendo seguro para que nadie los cache) al poco tiempo se vuelve monótona. Muchos se quejan de lo aburrido que se vuelve este esquema y otros padecen por cuernos, sin importar que quien los ponga sea el hombre o la mujer.

Los estilos de vida no son para salvar relaciones muertas ni para que dejen a la persona con la que les ponen el cuerno. Tener un estilo de vida es para aquellas personas cuya relación es buena, pero son curiosos. Desean experimentar cosas nuevas en conjunto o separado, según el acuerdo al que llegue la pareja. Cuando todos los celos son vencidos y no son un obstáculo, entonces puede optarse por ser swinger, hotwife, bull, poliamoroso, etc.

Peeeeero, lamentablemente cuando les va bien en estos estilos de vida y, encima, les encanta su relación, viene el obstáculo más doloroso que cualquiera de ellos pueda enfrentar: la familia y los amigos.

Muy seguros de sí, algunos de ustedes dirán "naaaa, a mí me vale lo que diga, yo hago con mi trasero y con mi vida lo que quiera". Pero esa mentalidad podría funcionarte sólo al principio, pues siempre te va a terminar doliendo lo que diga la gente que amas.

Otros tal vez dirán que, "si de verdad son tus amigos, no te van a juzgar". Y bueno, al principio sí, efectivamente no te dirán nada, pero por desgracia muchos se van a terminar alejando de ti, porque verán que no comparten esa forma de vida. No te juzgarán, no te dirán nada, pero de seguro notarás un ligero alejamiento.

Pero el golpe más duro lo recibirán el 50 por ciento de quienes llevan este estilo genial de vida y vendrá de los padres. No viene de los hijos, el rechazo más fuerte viene por lo general de los padres, pues tienen una educación basada en otros tiempos, muy tradicionales.

Por ejemplo, mi madre vivió una época en la que nunca se debía hablar de sexo y menos pensarlo... ¡era cosa del demonio! La idea de tener un bebe era la clásica historia de las cigüeñas que traían a los hermanitos. Si los niños preguntaban sobre la mujer embarazada, hasta llegaban a decir que había comido de más.

Si hoy en día es tan difícil para muchos hablar con su pareja, menos lo harán con los padres. Los hijos, como sea, ya con tanta educación sexual, al menos no ven algo tan...

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