¿Para qué ha servido el presidente Andrés Manuel López Obrador?

Fecha de publicación20 Octubre 2023

Por Jaime Guerrero Vázquez

A más de cinco años de gobierno, nadie ha definido lo qué es la Cuarta Transformación. Hasta ahora es una filosofía, por llamarla de alguna manera, de frases: revolución de las conciencias, primero los pobres, no a la impunidad, combate a la corrupción y unas cuantas expresiones más referidas al pueblo, un término usado como causa y a veces como arma.

En esta ausencia de estructura y contenido político hay algunas aproximaciones importantes, pero elusivas, y muchas ocurrencias. Por ejemplo, López Obrador define a su gobierno como de izquierda, progresista y hasta comunista (“que me apunten en la lista”), pero en lo económico se comporta como un neoliberal, incluso ponderado por los organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Presume las variables macroeconómicas (tipo de cambio, crecimiento del PIB, etc.) mucho más que Calderón, Peña o Zedillo.

Con las mujeres y hombres más ricos de México lleva una relación muy especial. Los denuesta públicamente, al tiempo que los favorece con contratos y los deja hacer siempre y cuando no lo desafíen. Si en México existen oligopolios, estos no están de parte de la oposición, sino del gobierno. Me atrevo a decir que estos personajes del dinero temen a AMLO porque saben que es capaz de muchas cosas en su contra. Ha logrado lo que Calderón, Peña o Fox no pudieron: someterlos, como en los tiempos del PRI imperial.

¿Ha servido el gobierno actual para sentar las bases de un desarrollo económico con justicia social? La realidad es que no. Las enormes transferencias de dinero, que han mitigado los efectos devastadores de la pandemia y la crisis económica, no tienen una fuente firme de recursos. Los dineros se han obtenido no del combate a la corrupción, sino de la cancelación de programas de gobierno, algunos muy necesarios, de la desaparición de áreas completas de la administración, del ajuste de cuentas con los deudores fiscales y de fideicomisos, varios de los cuales estaban previstos para contingencias como desastres naturales o malas situaciones presupuestales.

Sobre este asunto, el flujo de recursos a programas asistenciales, hay que señalar que no se puede estar en contra de ellos. Las pensiones a la tercera edad o las becas para estudiantes son indispensables en un país tan desigual, pero estos y otros se han otorgado sin controles ni evaluación. Hay la sospecha fundada de que hubo grandes desviaciones a las campañas de...

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