Servían Observatorios Prehispánicos para Leer 'Voluntad Divina'

(Material con apoyo fotográfico)

México, 11 Mar. (Notimex).- A diferencia del concepto actual, en la época prehispánica los observatorios astronómicos también eran una especie de oráculo, un templo, lugar de oración porque el registro de los movimientos de los astros era una forma de expresar la voluntad divina, explicaron los especialistas Orlando Casares y Jesús Galindo.

El movimiento regular de las estrellas permitió el desarrollo del calendario de esa cultura y la alineación de un cuerpo espacial con algún edificio era un aviso de que se acercaba una fecha importante, explicaron en un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Orlando Casares Contreras, arqueólogo especializado en la arqueoastronomía maya, recordó que los mayas disponían de edificios en forma piramidal y plataformas que, además de utilizarse para realizar actividades políticas o religiosas, servían como marcadores o puntos de referencia que indicaban las salidas y puestas del Sol, así como los movimientos de astros como la Luna y Venus.

"Un punto para observar el movimiento del Sol puede ser una entrada a un templo, una alfarda. En muros, escalinatas, nichos, caminos e incluso pinturas murales de cientos de edificios mayas se proyectan luces y sombras producidas por el movimiento del Sol, de Venus o la Luna. Con esas marcas efímeras esta antigua civilización hizo visible el tiempo e identificó en qué momento sembrar y cosechar", detalló.

A su vez, Jesús Galindo, arqueoastrónomo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien ha estudiado la astronomía mesoamericana en diversas zonas arqueológicas y sitios prehispánicos, informó que la regularidad en el movimiento aparente de los astros permitió el desarrollo del calendario.

Indicó que "para los mayas, los marcadores solares eran una especie de calendarios que permitían contar los días para saber el comienzo y el término del ciclo agrícola.

"Las alineaciones de luz sobre los edificios ocurren no para indicar un fenómeno en el cielo, se trata de escenografías para señalar a los hombres que alguna fecha significativa se acerca; de este modo organizaban sus actividades y su vida económica, social y religiosa", añadió.

Puso como ejemplos las fechas del 29 de abril y el 13 de agosto, porque en diversos sitios de Mesoamérica los arqueoastrónomos han identificado juegos de luces y sombras proyectados sobre los edificios en ambos días.

"En ese par de fechas el Sol se alinea a las...

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