Serpientes y Escaleras

La fiesta se puso bien este fin de semana en el bar Doble U (Av. Patria). Con una decoración lounge y música de corte comercial, este barecito prendió y motivó a quienes se animaron a cruzar la línea y decidieron despedir con baile y bebida el aburrimiento. El fin de semana estuvo a reventar y los noctámbulos se la pasaron de lo mejor. Los meseros cumplieron con su trabajo, se esforzaron y atendieron a los clientes muy bien. La atención y el servicio son puntos fuertes de este lugar que se esmera cada día por crear y conservar el mejor ambiente en la Ciudad.

Cinépolis tiene un servicio estupendo para quienes planifican el fin de semana y prefieren evitarse la molestia hacer fila para comprar los boletos para una función. Se trata de Cineticket. Eso de evitarse la fila es un decir, porque la verdad en Cineticket el proceso está como lentito. Los domingos cuando las colas son enormes y la rapidez debería ser la carta de presentación del servicio, nada, resulta todo lo contrario. Los empleados son amables, atentos y tratan de agilizar el proceso, pero el sistema o la tecnología fallan y no lo permiten. Mala onda que Cineticket, por lo menos el de Galerías, sea tan lento. Una SERPIENTE más va para Cinépolis Centro Magno, pues el viernes por la noche en la función de Batman Inicia —con la sala a reventar, ni un lugar libre y un calor infernal— el aire acondicionado no estaba prendido. Un par de cinéfilos levantaron el reporte y los empleados sólo dijeron que cuando comenzara la película lo encenderían. Los minutos transcurrieron y transcurrieron y transcurrieron y NADA, pues el aire no charchó. Aquí el claro ejemplo de cómo una película tan disfrutable puede convertirse en un suplicio.

El Apple Bees se ha distinguido por ser un espacio gastronómico con platos que le han valido la preferencia del consumidor. La verdad es que está muy bien el lugar, el servicio bueno, pero en ocasiones es un tanto lento, pues los meseros se distraen con facilidad y es difícil localizar a uno o que le haga caso al comensal. Los meseros se aplican y llevan a la mesa cubiertos, platos, bebidas y luego desaparecen; de vez en vez preguntan cómo se encuentran los clientes y si se les ofrece algo, pero después se van a continuar con sus labores. Las fallas: el pasado fin de semana les faltó control en inventarios, porque se les terminaron productos como el té helado o el té de manzanilla. Y no es que esto merme en calidad, pero sí habla de la organización del...

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