Serpientes y Escaleras

Como abejas a la miel van los clientes al Applebee's de Plaza Galerías 360, porque ahí sí que saben cómo tratar a los comensales. Desde que te reciben hasta que te vas la hostess, los meseros, los capitanes, los barmans y los gerentes tienen especial atención y preocupación para que los que ahí se congregan coman y beban rico, y de paso disfruten al máximo su estancia. Los meseros son rápidos, a pesar de que a veces tienen trabajo en exceso y algunos comensales son en extremo exigentes. El secreto para saborear una tarde-noche de diversión y exquisiteces es llegar dispuesto a comer en abundancia, convivir con los amigos, novios, primos o hermanos, escuchar la música ambiental y dejarse consentir.

Justo frente al Apple se localiza el Outback (Plaza Galerías 360) cuya especialidad son los cortes y la comida estadounidense. El bar de este restaurante tiene la peculiaridad de tener una pantalla de grandes dimensiones y varias televisiones en las que se puede disfrutar los partidos de futbol o programas especiales. Los barmans que están en la barra atienden de maravilla a los que ahí se dan cita, aunque ojo, también son aficionados al balónpie por lo que hay que comprender que en ocasiones se distraigan y se les olvide que tienen clientes; la verdad, esto parece no ser un problema para los aficionados que ahí se congregan y que igual despotrican contra el árbitro o le aplauden a su equipo favorito acompañados de una deliciosa botana y cerveza de barril bien fría. Los meseros son solícitos y prácticos, rápidos y atentos, simpáticos y amables, otro punto para lanzarse al Outback.

Un lugar que goza de gran popularidad en Guadalajara es el Sushi Ta Bara (Av. Cruz del Sur, casi esquina con Av. Conchitas), un lugarcito en el que preparan los bocadillos nipones con total originalidad. Servidos con gran entusiasmo (grandes) los platillos son la delicia de la zona. El único problema que este lugar tiene es que como es muy popular, la gente debe esperar más de 15 minutos para que le lleven a la mesa los platos. Sucedió que el viernes pasado el sitio no estaba tan lleno, pero la comida no llegaba, hubo clientes que tuvieron que esperar más de 25 minutos para que les sirvieran la comida y el mesero estaba como distraído, porque cada vez que alguien le pedía algo de beber o comer él respondía: "No sé si hay, déjeme checar, no me tardo". Claro que la espera comenzaba en ese instante. Este muchacho, quien tenía la atención del restaurante a su cargo, andaba en...

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