Sergio Sarmiento / Síndrome de poder

AutorSergio Sarmiento

"La historia de la economía es un largo registro de políticas gubernamentales que fracasaron porque fueron diseñadas con un audaz desprecio de las leyes de la economía".

Ludwig von Mises

La manipulación produce inevitablemente distorsiones en los mercados. Lo vemos hoy en la energía. Desde hace años muchos Gobiernos han venido tomando medidas para castigar la producción y el uso de combustibles fósiles con la buena intención de detener el calentamiento global.

El resultado ha sido limitar la oferta, sin que las energías renovables hayan cubierto las necesidades del mercado, por lo que los precios se han disparado.

El petróleo Brent del Mar del Norte se cotizaba ayer a 80.68 dólares por barril, casi el doble que los 41.90 de hace un año. El gas natural en Estados Unidos alcanzaba 5.64 dólares por millón de BTUSs, 118 por ciento más que un año antes.

Robert Armstrong, del Financial Times, reportaba que los precios del gas natural en el Reino Unido han subido casi 600 por ciento y los del gas natural líquido en Asia casi 500 en seis meses.

Si añadimos los derechos que se pagan en Europa por las emisiones de contaminantes, entenderemos por qué los precios de la electricidad se han disparado en el viejo continente.

La causa inmediata es la recuperación económica, que ha aumentado la demanda de energéticos de manera importante, pero la de fondo es la decisión de muchos Gobiernos de restringir las inversiones en combustibles fósiles. En el caso de Alemania la situación se ha agravado por el cierre de las centrales nucleares de electricidad.

El calentamiento global es una realidad; el mundo debe avanzar hacia la descarbonización; hay que buscar formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Lo anterior no se logrará, sin embargo, con decretos gubernamentales que no tomen en cuenta las realidades del mercado. Éstos no han reducido las emisiones, pero sí han provocado una brutal crisis energética.

No es inusitado que los políticos intervengan en la economía y tomen medidas que resultan desastrosas; lo hemos visto en las estrategias ecológicas de los Gobiernos europeos.

En la década de 1990 éstos promovieron el uso del diésel para reemplazar la gasolina, diciendo que era más ecológico porque genera menos emisiones de dióxido de carbono; gastaron...

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