Sergio Sarmiento / Muerte del Cardenal

AutorSergio Sarmiento

El que por la mañana ha conseguido conocer la verdad, ya puede morir por la tarde.

Confucio

Para mí no es una cuestión de dogma sino de pruebas. Si el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo fue asesinado en una conspiración, no tengo ningún problema en aceptarlo. Pero si cayó muerto en un fuego cruzado o por confusión, es de elemental honestidad que se reconozca.

Hasta ahora, la información a la que he tenido acceso sugiere fuertemente que las hipótesis del fuego cruzado o de la confusión son las más probables. Entiendo que es mucho más atractivo, desde el punto de vista periodístico, defender la tesis de la conspiración y me doy cuenta también de que dentro de las reglas de la Iglesia el Cardenal Posadas sólo puede llegar a la canonización que tantos desean para él si se le considera un mártir.

Pero, hasta el momento, la hipótesis del complot se basa solamente en la idea de que un hombre bueno e importante como el Cardenal Posadas no pudo haber muerto por una simple confusión, en algunas especulaciones sobre lo que pudo haber ocurrido y en declaraciones de supuestos testigos que no han dado la cara ante las autoridades por temor a represalias.

La hipótesis del fuego cruzado o la confusión se basa, en cambio, en las declaraciones de testigos y participantes en la balacera del 24 de mayo de 1993, en la versión del ex Nuncio Apostólico Girolamo Prigione sobre lo que le dijeron en confidencia los hermanos Arellano Félix en una reunión en la Nunciatura y en las pruebas periciales.

La conclusión de que la muerte del Cardenal fue producto de un error no la ha mantenido solamente Jorge Carpizo cuando era Procurador de la República. Todos los procuradores posteriores, y todos los investigadores que ha tenido este caso, han llegado a la misma conclusión.

Incluso el subprocurador Pablo Chapa Bezanilla, que de 1994 a 1996 llevó la investigación en los tiempos de Antonio Lozano como Procurador General, determinó que no había pruebas para pensar en una conspiración.

Esta particular conclusión es importante, ya que Chapa Bezanilla trabajó bajo la hipótesis de que el ex Presidente Carlos Salinas de Gortari estaba de alguna manera detrás del asesinato de Luis Donaldo Colosio y procesó a Raúl Salinas de Gortari por el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu. Nada le hubiera sentado mejor que demostrar, como hoy lo sostiene el Cardenal Juan Sandoval Iñiguez, que Salinas de Gortari o algún otro personaje poderoso estaba detrás del asesinato del Cardenal Posadas...

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